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MADRID, 8 Mar. (Infosalus/EP) -
España tiene uno de los índices más bajos de la Unión Europea en cuanto al consumo de alcohol pero en los últimos años se ha producido un aumento preocupante en lo que se refiere a las conductas de abuso, los denominados atracones, entre adultos jóvenes. Algunas falsas creencias sobre el consumo de alcohol ayudan a mantener estas peligrosas conductas.
Según explica a Infosalus Bosco Torremocha, director de la Fundación Alcohol y Sociedad, estos atracones de alcohol o conductas de abuso se extienden cada vez más entre adultos jóvenes y no tan jóvenes y sobrepasan en ocasiones los márgenes del fin de semana.
Además, Torremocha añade que existe cierta tolerancia o normalización en la sociedad hacia estas prácticas que son extremadamente peligrosas, no sólo para la salud individual sino para el resto de la sociedad ya que son el origen de graves accidentes de tráfico o altercados violentos en lugares de ocio.
Sobre esta tolerancia a las bebidas alcohólicas, el especialista señala que existe además una percepción errónea de los distintos tipos de bebidas derivada de su graduación alcohólica. "No hay alcohol bueno ni malo, todos son igual de nocivos en dosis abusivas", señala.
En este sentido, ha disminuido el consumo de bebidas de alta graduación como el vino y los destilados a favor de la cerveza. En concreto, la bebida de cebada ha absorbido dos tercios de la venta del vino y una tercera parte de la de destilados. La cerveza se ha convertido así en la bebida alcohólica que más se consume en España entre adultos pero también entre los menores.
LA PREVENCIÓN COMO HERRAMIENTA BÁSICA
Los baremos de la Fundación Alcohol y Sociedad consideran atracón a más de cinco consumiciones de bebidas alcohólicas en menos de dos horas y según señala Torremocha, es un hábito muy impropio de la cultura española. El eurobarómetro apunta a un 93% de consumos de alcohol moderados entre los españoles y a un 7% de consumos abusivos.
"Ha cambiado la percepción del consumo de alcohol entre los jóvenes mayores de edad, ahora muchos de ellos toman bebidas alcohólicas con el objetivo claro de emborracharse, algo que antes no pasaba", apunta Torremocha.
El verdadero problema, señala el experto, está en la falta de políticas de prevención entre los menores y los padres. El mensaje es claro según Torremocha, cuando un menor consume es porque un adulto le ha proporcionado el alcohol, esto traslada el mensaje de que es posible infringir la ley sin consecuencias, lo cual es aún más dañino en un momento en el que los menores están formándose en los valores sociales.
En cuanto al consumo entre los menores, Torremocha aclara que además de la existencia de una ley que prohíbe expresamente la ingesta de bebidas alcohólicas, debido a los daños sobre su desarrollo físico y cognitivo, el acento debe ponerse en el desarrollo de políticas educativas de prevención entre los padres. El consumo exploratorio del alcohol puede ser reconducido pero cuando se consolida el hábito de beber la conducta es más complicada de condicionar, señala Torremocha.
FALSAS CREENCIAS SOBRE EL CONSUMO DE ALCOHOL
En su página web, la Fundación Alcohol y Sociedad (www.alcoholysociedad.org) ofrece información de los mitos sobre el consumo de alcohol. Infosalus reproduce las falsas creencias más llamativas expuestas por la entidad:
1. El alcohol te da energía. No. Es un depresor del sistema nervioso. Reduce la capacidad de realizar cualquier actividad.
2. Beber sólo cerveza no produce ningún problema porque tiene pocos grados. Lo importante es el número de UBE (Unidad de Bebida Estándar) que se consuman. Una UBE, según la Organización Mundial de la Salud, corresponde a 10 gramos de alcohol. El alcohol que contiene una caña de cerveza es igual, por ejemplo, al de un chupito o un vaso de vino.
3. Mezclar cerveza, vino y licores emborracha más que beber un solo tipo de bebida alcohólica. La alcoholemia es la proporción de alcohol que circula por la sangre después de beber una cantidad determinada de alcohol y es lo que determina lo borracho que uno está. Mezclar bebidas con diferentes contenidos alcohólicos no emborracha más, pero puede provocar más malestar al estómago y mareos al mezclar diferentes sabores.
4. Todo el mundo reacciona igual al alcohol. Existen muchísimos factores que afectan a nuestra reacción ante el alcohol: el peso, la proporción de agua y grasa, la hora del día, el estado de ánimo o la bioquímica del organismo.
5. Quien está más acostumbrado a beber, se emborracha menos. Quien ha desarrollado tolerancia al alcohol no se emborracha menos, sino que muestra menos los efectos de la borrachera. Sin embargo, igualmente se emborracha y sufre los efectos de apatía, pérdida de coordinación y reflejos.
6. Una ducha fría o un café bien cargado te despejan. Nada vuelve sobrio de golpe a un ebrio. Se podrá estar más despierto o despejado, pero se sigue estando ebrio, borracho, porque ni la ducha ni el café disminuyen el alcohol en sangre.
7. No es mi problema si uno de mis amigos bebe mucho. Uno no puede hacer cambiar a alguien si el otro no quiere, pero no conseguiremos nada si al menos no lo intentamos.
8. Lo peor que puede pasar con una borrachera es acabar con una resaca monumental. Si uno bebe bastante alcohol y deprisa, se puede llegar a ingerir una cantidad elevada que pudiera producir problemas en el organismo, como el coma etílico.
9. El alcohol ayuda a ligar y mejora las relaciones sexuales. El alcohol puede producir relajación y hacer a alguien más interesado en el sexo, pero interfiere en la capacidad sexual y se tienen menos en cuenta sus consecuencias.
10. El que bebe demasiado sólo se perjudica a sí mismo. Seguro que las personas que tienes cerca se ven afectados por tu consumo de alcohol, sobre todo teniendo en cuenta los accidentes mortales y no mortales que se originan por el abuso del alcohol.
11. Beber alcohol durante la resaca, la mejora. En realidad la agrava ya que es la misma sustancia que produjo la intoxicación. Otro mito es que las pastillas de vitamina B6, tomadas antes o después de beber evitan la resaca. Su única utilidad es la aplicación por vía intramuscular en casos graves.
12. Manteniendo en la boca un chicle, dos granos de café o soplando de determinada manera, se engaña el alcoholímetro. Estos métodos no funcionan porque el alcoholímetro mide igualmente el alcohol, aunque haya otras sustancias. Además, si la policía entiende que alguien está intentando realizar incorrectamente la prueba, puede considerar que está cometiendo una falta muy grave (negarse a hacer la prueba).
13. Se puede eliminar más rápidamente el alcohol del cuerpo haciendo ejercicio o vomitando. Por estas vías se expulsa menos de un 2% de alcohol, insuficiente para afectar al nivel de alcoholemia o a la borrachera.
14. Tomar dos cucharadas de aceite hace que el alcohol no siente mal al estómago. Este método sólo recubre una mínima parte del estómago y permite el paso del alcohol, ya que el aceite es líquido.
15. La tónica, los antiácidos y otras sustancias que protegen el estómago afectan al alcohol. Aunque puedan reducir el malestar provocado por la mezcla de sabores o por el vómito, no afectan al nivel de alcoholemia ni hacen recuperar antes la sobriedad.
16. Ciertas sustancias estimulantes hacen que se pase la borrachera. Algunas pueden despejar momentáneamente, pero como no eliminan ni metabolizan el alcohol, seguimos teniendo el mismo nivel de alcoholemia y los efectos del alcohol permanecen. Además, la mezcla de algunas sustancias con el alcohol producen terceros efectos que pueden provocar daños al hígado e incluso la muerte.
17. Dejar de beber cuando se acerca la hora de conducir. Es una práctica habitual entre los jóvenes y un hábito peligroso, pues el alcohol tiene su máximo efecto en el cuerpo una hora después de haberlo ingerido.