Archivo - Falla la memoria. - ILDAR ABULKHANOV/ISTOCK - Archivo
MADRID, 21 Dic. (EDIZIONES) -
Recordar no depende sólo de la memoria. Detrás de cada aprendizaje se activa una maquinaria cerebral que incluye atención, codificación, almacenamiento, y recuperación. El neuropsicólogo Saúl Martínez-Horta aclara por qué fallan estos mecanismos, qué ocurre en el cerebro de las madres con 'memoria de embarazo', por qué los niños muchas veces tienen una memoria brillante y cómo reforzar nuestros recuerdos sin suplementos.
En 'El cielo que olvida sus estrellas' (Planeta), motivo por el que entrevistamos en Europa Press Salud Infosalus a Saúl Martínez-Horta, neuropsicólogo en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y director de la Unidad de Neuropsicología del Centro de Diagnóstico e Intervención Neurocognitiva (CDINC) de Barcelona, menciona que "hablar de memoria implica hablar de todo aquello que nos permite incorporar nuevos aprendizajes y eventualmente recuperarlos en ese maravilloso ejercicio que llamamos recordar".
Le preguntamos por qué esta puede fallar y lo justifica en que ésta depende de una infinidad de actores, de toda una serie de procesos íntimamente relacionados, y que se han desplegado para hacer posible la memoria.
Habitualmente, cuando hablamos de memoria hacemos referencia a un tipo de memoria muy concreta, la 'memoria declarativa', que es aquella que nos permite saber qué hemos desayunado esta mañana o el nombre de nuestro vecino.
Pero también apunta este experto del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau que también se encontraría la memoria más procedimental, que se considera por repetición a un movimiento, por ejemplo, como el aprender a conducir o a andar en bici. "En estos casos, el cerebro aprende a automatizar las acciones necesarias para esta acción. Es algo que no se puede explicar con palabras, si no que se aprende a base de acciones repetidas", precisa.
Es por eso por lo que insiste Martínez-Horta en que para saber cómo el cerebro es capaz de adquirir un nuevo conocimiento hay que entender que no puede hacerlo sin que otros procesos cognitivos estén ahí. Aquí entra en juego, por ejemplo, entre otros factores, nuestra atención, "necesaria para que nuestro cerebro haga su función y pueda transcribir el suceso acaecido y almacenarlo".
¿POR QUÉ FALLA LA MEMORIA DE LAS MADRES?
Entonces, este experto explica que a veces no es que nos falle la memoria, sino que detrás se ve que no hemos prestado la atención suficiente: "Al profundizar en consulta en la evaluación de la memoria, o de otros procesos cognitivos, todo es aparentemente correcto, y hay veces en las que se comprueba que la memoria funciona correctamente pero detrás hay un problema atencional".
Aquí influye, en su opinión, el foco en el que centramos nuestros recursos atencionales en el día a día y si estos, por ejemplo, están encofrados en algo concreto. Le preguntamos por una queja muy extendida entre las madres, especialmente de niños pequeños, que admiten tener peor memoria desde que cuentan con sus retoños. ¿Habría alguna relación?
Martínez-Horta no duda al dar su explicación al hacer referencia al trabajo de la neurocientífica del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid Susana Carmona y en el que se constata que, efectivamente, en las madres se produce una especie de 'reconfiguración cerebral' desde el embarazo y que hace que todos sus recursos cognitivos ahora se orienten hacia sus hijos.
"Antes esa mamá estaba desplegando su cognición hacia múltiples elementos, si bien ahora muchos de estos recursos se focalizan a un único individuo, que son nuestros hijos; de manera que otros sucesos más banales no se elaboran con la misma profundidad que antes. Y mi empatía y recuerdo actuales también se encaminan hacia ese nuevo suceso biológico", remarca.
POR QUÉ LA MEMORIA DE LOS NIÑOS ES BRILLANTE
El también director de la Unidad de Neuropsicología del Centro de Diagnóstico e Intervención Neurocognitiva de Barcelona valora en este este escenario el hecho de que los niños presentan muy buena memoria "en gran medida" porque no sufren interferencias en la memoria, ya que ésta, según justifica, pierde calidad también cuando compite con diferentes elementos.
"Como adultos hemos incorporado mucha información en la memoria, pero el haber estado expuestos a tanto mundo hace que los nuevos conocimientos interfieran con los que ya estaban. Pero esa especie de pizarra más en blanco de los niños, en ausencia de interferencias, hace que seamos más capaces de retener recuerdos porque no hay elementos que interfieran en los menores", subraya.
CÓMO MEJORAR NUESTRA MEMORIA
Con todo ello, pedimos a este reputado neurocientífico que nos aporte algunos trucos para reforzar nuestra memoria, remarcando éste que, en esencia, para tener una mejor memoria fundamentalmente debemos ser conscientes de los procesos necesarios para la memoria, ser conscientes de en qué somos buenos y en qué no, y de dónde ponemos nuestra atención, por ejemplo. "No se trata de tomar suplementos para la memoria", advierte, "sino de conocer mejor cómo funcionamos", asevera Martínez-Horta.
Si una persona es consciente de que tiene una capacidad limitada de prestar atención, ya con ello de primeras codifica mal esa información, tal y como advierte. Por esto, si queremos aprender algo nuevo debemos dedicarle un tiempo extra para que no se nos olvide, más allá de escucharlo, y debemos elaborar esa información de alguna manera dentro de nosotros. "Es procesar y darle profundidad a la información y es una manera de consolidar la memoria. Muchos expertos en memoria o con una memoria brillante hacen esto, le dan profundidad al procesamiento de aprender, apareando la información con algo. Si me tengo que acordar de comprar algo lo tengo que aparejar con un coche de color rojo, o con un determinado número. Hay elementos que hacen más fácil consolidar un recuerdo como las asociaciones con ciertos estímulos y esto es porque al final profundizamos en el procesamiento de esa información.