¿Niebla mental tras la COVID? La ciencia descubre qué le pasa a tu cerebro

Archivo - La niebla mental ya estaba presente en otras patologías antes del covid. - REALPEOPLEGROUP/ISTOCK - ARCHIVO

   MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -

Aunque muchas personas superan la infección por COVID-19 en unas semanas, millones en todo el mundo siguen lidiando con síntomas persistentes meses —e incluso años— después. Confusión mental, fatiga extrema, ansiedad y dificultades cognitivas forman parte del complejo y debilitante cuadro del COVID persistente, una condición que la ciencia apenas comienza a entender.

   Un nuevo estudio, el primero en comparar la inflamación y las respuestas al estrés cerebral en pacientes con COVID-19 prolongada con personas que se han recuperado completamente, muestra que quienes presentan confusión mental persistente y otros problemas cognitivos tienen menor capacidad de adaptación al estrés y niveles más altos de inflamación cerebral, según investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos).

   Si bien estudios previos sobre COVID-19 prolongada han mostrado cambios en estos marcadores en ratones, este estudio, publicado en 'PLOS One', evaluó el impacto de la infección en el cerebro de pacientes con COVID-19 positivo documentado.

   Hasta ahora, a los médicos les ha resultado difícil comprender por qué algunos pacientes desarrollan síntomas cognitivos pos-COVID y otros no. Estudios recientes estiman que decenas de millones de personas en todo el mundo aún no se han recuperado de la infección por COVID, incluso cinco años después.

   "Comparamos a nuestros participantes con COVID prolongada con nuestro grupo de control sano y completamente recuperado, basándonos en medidas neurocognitivas, funcionamiento emocional, calidad de vida y cambios específicos en marcadores sanguíneos que evalúan la respuesta al estrés", aporta el autor principal, el doctor Michael Lawrence, neuropsicólogo de Corewell Health en Grand Rapids, Michigan.

"Hasta donde sabemos, este es el primer estudio controlado que muestra cambios específicos, autodeclarados, en el sistema neurocognitivo y el sistema nervioso central en pacientes con COVID prolongada, lo que valida los síntomas que han estado experimentando", señala.

   El estudio piloto incluyó a 17 pacientes con COVID confirmado (10 con COVID prolongada y siete que se recuperaron completamente sin síntomas persistentes) y encontró lo siguiente: Los niveles séricos del factor de crecimiento nervioso, un biomarcador de la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse mediante la formación de nuevas conexiones, fueron significativamente más bajos en el grupo con COVID prolongada.

Este grupo también tuvo mayor probabilidad de presentar niveles séricos más altos de interleucina (IL)-10, un marcador de inflamación.

   Si bien prácticamente no hubo diferencias entre los grupos en relación con los resultados de las pruebas neuropsicológicas, los participantes con COVID prolongado obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en fluidez con las letras, lo que significa que tuvieron más dificultades para acceder de forma rápida y precisa a los centros de lenguaje en el cerebro y producir palabras que comenzaran con varias letras.

   El grupo con COVID prolongado también tuvo calificaciones significativamente más bajas que los controles sanos en cuanto a calidad de vida, salud física, funcionamiento emocional y respuestas de bienestar psicológico.

   "Si bien este es un estudio pequeño y se necesita más investigación, desde el punto de vista de la aplicación clínica, los médicos podrían identificar con mayor rapidez a las personas con dificultades y brindarles una atención integral que podría serles útil", desarrolla Judith Arnetz, profesora emérita de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad Estatal de Michigan y autora correspondiente del estudio.

   Según los autores del estudio, el problema que tienen los médicos a la hora de evaluar a los pacientes con COVID-19 prolongado es que, cuando se les pide que completen varias pruebas diagnósticas escritas, tienden a parecer normales.

    "Estos pacientes experimentan una frustración considerable, y sus síntomas a menudo pueden ser minimizados por amigos, familiares e incluso la comunidad médica", reflexiona el doctor Lawrence. "Es difícil cuando todo parece normal en teoría, pero nuestros pacientes siguen luchando y reportan múltiples dificultades".

    Por su parte, la doctora Arnetz estuvo de acuerdo e indicó que los médicos podrían querer adoptar un enfoque multidisciplinario para la atención y evaluar los biomarcadores inflamatorios y cerebrales, lo que en última instancia podría ofrecer un mejor camino a seguir en el tratamiento de pacientes con COVID prolongada. "Servicios adicionales como logopedia, psicoterapia para reducir el estrés y la incorporación de medicamentos para la fatiga y la confusión mental también podrían contribuir a un plan de tratamiento exitoso", concluye la experta.