Archivo - Joven con dolor de cabeza. - FIZKES/ISTOCK - Archivo
MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las fiestas navideñas suelen ser una época de alegría, reuniones y celebraciones con amigos y familia, pero los expertos aseguran que también pueden aumentar el riesgo de sufrir migrañas. Los cambios en los horarios de sueño, el estrés por la organización de comidas y cenas, el consumo de ciertos alimentos y alcohol, y la sobreexposición a luces brillantes y ruidos pueden generar un 'verdadero dolor de cabeza'.
Por ello, la neuróloga Lucía Vidorreta, coordinadora de la Unidad de Cefaleas del Hospital Quirónsalud San José, ha aconsejado seguir algunas medidas preventivas, como intentar dormir un número de horas similar cada día o evitar excesos de alcohol, dulces o comidas muy procesadas en los días de celebración para disminuir el riesgo de sufrir migraña.
"Con pequeños cuidados las fiestas pueden disfrutarse sin dolor de cabeza", ha asegurado la especialista. En este sentido, ha destacado que la deshidratación es otro desencadenante conocido, por lo que hay que ser consciente de la importancia de beber agua con regularidad. Junto a esto, ha destacado que las técnicas de relajación han demostrado reducir la frecuencia e intensidad de los episodios en pacientes con migraña.
10 COSAS QUE DEBES SABER SOBRE LA MIGRAÑA
A este respecto, la Fundación Española de Cefaleas (FECEF) ha elaborado un documento sobre las '10 cosas que se deberían conocer sobre la migraña', con el que busca dar respuesta a algunas de las cuestiones más frecuentes sobre una enfermedad neurológica grave, que genera una gran discapacidad, y que afecta al 12 por ciento de la población española.
En primer lugar, ha insistido en diferenciar la migraña de la cefalea. "La migraña es un tipo de cefalea que pertenece al grupo de las cefaleas primarias, que no tienen causa estructural identificable, mientras que las cefaleas secundarias tienen un origen conocido", ha explicado el doctor Julio Pascual, presidente del Comité Científico y de Publicaciones de la FECEF, miembro del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y autor de este documento.
De este modo, ha precisado que más del 90 por ciento de las personas que consultan por dolor de cabeza sufren cefaleas primarias, y en al menos dos de cada tres de los casos son migrañas. Estas últimas se caracterizan por un dolor de cabeza intenso que aparece en episodios que pueden durar entre cuatro horas y tres días. Generalmente es un dolor unilateral, pulsátil y empeora con factores externos como la luz, el ruido, los olores y el ejercicio o movimiento y puede ir acompañado de náuseas y vómitos.
La migraña suele aparecer en la niñez o pubertad y es poco frecuente que debute después de los 30 años. En algunos casos, las crisis se intensifican entre los 30 y 50 años, pudiendo llegar a convertirse en migraña crónica cuando el dolor de cabeza se producen durante más de 15 días al mes, afectando gravemente a la calidad de vida. Además, es entre tres y cuatro veces más frecuente en las mujeres.
Según ha explicado el doctor, su diagnóstico se realiza únicamente por la sintomatología y una exploración neurológica normal, que incluye examen del fondo de ojo, sin necesidad de estudios radiológicos en la mayoría de los casos.
Esta enfermedad tiene una base genética, lo que hace habitual que los pacientes tengan familiares también afectados. Los genes implicados predisponen a la activación excesiva del circuito del nervio trigémino, liberando sustancias como el péptido CGRP en las meninges, lo que provoca inflamación, dilatación de los vasos sanguíneos y dolor palpitante. Pero también repercuten factores no genéticos, como los cambios de las hormonas sexuales femeninas, el estrés, la falta o exceso de sueño y los cambios atmosféricos.
NO TIENE CURA: OPCIONES DE TRATAMIENTO
Aunque el especialista ha lamentado que la migraña no tiene cura, ha afirmado que los pacientes pueden seguir medidas que mejoren su calidad de vida, como mantener una buena higiene del sueño, practicar ejercicio regularmente, llevar una alimentación equilibrada, evitar atracones y ayunos prolongados, y controlar el peso corporal. "Aunque no existe una dieta específica, se recomienda evitar aquellos alimentos que generen una relación clara y temporal con el dolor en cada paciente", ha añadido.
En cuanto al tratamiento de las crisis, es útil la administración temprana de fármacos específicos, ya que analgésicos comunes como el paracetamol suelen ser insuficientes. Para las crisis moderadas, se recomiendan los antiinflamatorios de acción rápida, pero en aquellos pacientes que no responden a estos o en caso de que las crisis sean moderadas-intensas se debe optar por los triptanes, disponibles en formato oral, sublingual, nasal o inyección subcutánea.
Actualmente, se cuenta con nuevas opciones como rimegepante y lasmiditán, que se indican en personas con problemas cardíacos o que no responden o toleran los triptanes. También se desaconseja el uso de analgésicos combinados, ergotamina o derivados opiáceos, que pueden inducir adicción y cronificación de la migraña.
Si los episodios son frecuentes (más de cuatro al mes) o no responden al tratamiento de crisis, el doctor Pascual ha instado a seguir un tratamiento preventivo, que debe tomarse durante al menos seis meses e incluye fármacos como betabloqueantes, topiramato o flunarizina. En caso de falta de respuesta o tolerabilidad, existen otras opciones más modernas como infiltraciones de toxina botulínica alrededor de cabeza y cuello en el caso de la migraña crónica o las terapias específicas frente al CGRP.