Más de la mitad de las recaídas en cáncer de mama se producen a los dos o tres años del diagnóstico

Actualizado: viernes, 1 abril 2011 13:02

MADRID, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -

La tasa de las pacientes que supera un cáncer de mama aumenta progresivamente gracias a los tratamientos disponibles. Sin embargo, una vez superada, las mujeres se enfrentan a la incertidumbre de que el tumor vuelva a aparecer y a las secuelas de los tratamientos. En la actualidad, aproximadamente un 40 por ciento sufre una recaída, lo que en más de la mitad de los casos se produce transcurridos dos o tres años del diagnóstico.

Una situación que, en palabras de la doctora Laura García Estévez, del Centro Integral Oncológico Clara Campal (CIOCC), supone un "duro golpe emocional" para las pacientes y más, según ha explicado, "cuando desde el momento del diagnóstico le transmitimos la posibilidad de curación. Si bien es cierto que en algunos casos, por el tipo de tumor o la afectación ganglionar que ha producido, es previsible el riesgo de recaída, en otros el tumor nos sorprende".

Cómo afrontar una recaída, los efectos adversos a medio/largo plazo de los tratamientos o cuáles son los factores que contribuyen a que la paciente y su entorno se sientan seguros, son algunos de los temas relacionados con el día a día de esta enfermedad y que han sido abordados durante el simposio 'Conviviendo con el cáncer de mama', que se celebra en La Coruña.

Este tipo de cáncer es una enfermedad en la que tanto su propio diagnóstico como el hecho de tener que enfrentarse a ello implican un fuerte impacto emocional para la paciente. No obstante, hay mujeres que por su propio carácter son más fuertes mentalmente, lo que unido a un buen soporte familiar hace que por sí mismas no vean necesario recibir ayuda psicológica. Así, para la presidenta de la Asociación ADICAM de Cangas (Pontevedra), Josefa Acuña, "el compartir vivencias, información y ganas de vivir con otras personas que han pasado por lo mismo es una de las mejores maneras para hacer frente al cáncer de mama".

Las secuelas derivadas de la propia enfermedad son múltiples, ya sean de tipo físico, psicológico, social o laboral. Por todos estos aspectos resulta fundamental la seguridad de la paciente, un requisito que implica que, desde el punto de vista asistencial, se garantice el correcto cumplimiento de todos los procedimientos diagnósticos y terapéuticos y la paciente esté debidamente informada.