MADRID, 4 Sep. (EDIZIONES) -
Tenemos en España un problema de sueño en general. Somos un país que no duerme, y más del 40% de españoles lo padece. Al mismo tiempo, se da un consumo excesivo de ansiolíticos, y además en muchísimos casos de forma automedicada. Es una situación preocupante, la verdad, y de la que no escapan nuestros hijos.
En una entrevista con Europa Press Salud Infosalus, la doctora en fisiología y experta en cronobiología María José Martínez Madrid, CEO de Kronohealth, llama la atención sobre el hecho de que en el caso de los adolescentes y de los niños españoles, en seis de cada 10 casos estos menores reconocen tener algún problema para conciliar el sueño; y "esto tiene repercusión directa en su rendimiento académico y en sus relaciones sociales".
Esta experta nos concede esta entrevista porque precisamente acaba de publicar 'Alicia y el país de los sueños', un cuento creado para el fomento de hábitos saludables de sueño entre los niños de edad escolar, con el respaldo de varias entidades, como la Sociedad Española de Sueño (SES), de la que la doctora Martínez Madrid es precisamente la coordinadora del Grupo de Trabajo de Cronobiología.
EL PROBLEMA: EL HORARIO OFICIAL DE ESPAÑA
Así, destaca que en el caso de los niños y de los adolescentes, aunque reconoce que también en el de los adultos, uno de los principales problemas con los que se encuentran para ese correcto descanso nocturno es el horario oficial de España, "separado en el verano dos horas de lo que geográficamente nos correspondería".
A su juicio, esto hace que tengamos un retraso de fase, y nos vayamos a dormir más tarde. "El no estar en el horario que nos corresponde nos afecta a los adultos, pero a los niños aún más, que les cuesta irse a las 8 o a las 9 horas a la cama, que es cuando deberían. ¿Cómo no va a hacerlo? Es que en España anochece a las 10, e incluso a las 11 en muchas partes, y los menores deberían estar en la cama a esas horas para dormir las 11-12-13 horas que deben, dependiendo de la edad. Los adolescentes no van en contra de la sociedad, sino que la sociedad está en contra del sueño de los niños y de los adolescentes", remarca.
EL PELIGRO DE LAS PANTALLAS
Pero a esto se le sumaría, tal y como reconoce Martínez Madrid, el problema de las pantallas, según denuncia en su libro también: "Las pantallas, la luz azul que emiten, afecta al sueño y a los ritmos circadianos, al margen de que tengan otras consecuencias a nivel emocional, o del neurodesarrollo. Las pantallas les están quitando a los menores la energía. Ya no interaccionan entre ellos, por ejemplo".
Dice que la luz es el principal sincronizador del ritmo circadiano, "la necesitamos durante el día", y por eso aconseja salir durante el día a la calle. "El día debe tener luz, debe tener actividad, momentos de comer, contactos sociales, ejercicio, movimiento; mientras que la noche tiene que ser tranquila, no tener luz, ni esos contactos sociales, y que se esté a oscuras para no perjudicar al descanso nocturno", sostiene esta experta en cronobiología.
Lamenta así que, por nuestro ritmo de vida actual, durante el día estamos en cuevas, en el aula, bajando la persiana porque nos refleja la luz en el proyecto, y cuando llegamos a casa usamos dispositivos electrónicos, de forma que recibimos la luz azul de las pantallas, que inhibe la melatonina: "La luz azul, en concreto, rompe la melatonina, la hormona del sueño, que le dice a mi cerebro que es hora de dormir, de desconectar, de hacer ayuno; la 'oscuridad química' porque aumenta con la oscuridad de la noche, siguiendo un ritmo circadiano".
Estas pantallas, que emiten luz azul, a pesar de que les bajemos intensidad y pongamos filtros, según alerta Martínez Madrid, siguen emitiendo mucha luz azul, de forma que se elimina esa melatonina, pero no queda ahí la cosa porque, además, esta interacción con las pantallas, esas redes sociales, por ejemplo, generan una activación cognitiva que no permite a los niños y adolescentes dormirse. "Nos enganchan las pantallas, y nos generan necesidad de continuar conectados. No sólo es la luz que emiten, sino que también es estar en continua interacción con las redes sociales", añade.
INTEGRAR RUTINAS PARA EL SUEÑO
Con todo ello, la CEO de Kronohealth insiste en la importancia de mantener rutinas para el sueño, "porque el sueño no es un interruptor, no llego a la cama y me quedo durmiendo", sino que defiende que "hay que prepararlo", y no se puede hacer si estoy con un videojuego o con las redes sociales.
En el caso de los niños ahonda más en la importancia de crear estas rutinas para el sueño: "Dos horas antes de ir a dormir necesitamos ir preparándolo. Para ello, es conveniente cenar pronto, ese baño a los niños antes de dormir, así como estar desconectado y relajado, estar un rato en familia hablando, tener un momento de coloquio de lo hecho durante el día, y aquí un cuento que podamos leer en familia y comentar después se integra muy bien en esa rutina".