MADRID, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison han descubierto en monos que una infección con el virus Zika protege contra la infección futura, aunque el embarazo puede prolongar considerablemente el tiempo que el virus permanece en el cuerpo.
Los científicos, dirigidos por el profesor de Patología de Wisconsin-Madison David O'Connor, detallan en un artículo publicado este martes en 'Nature Communications' su trabajo con monos macacos rhesus en el Centro de Investigación Nacional de Primates de Wisconsin como un modelo para estudiar cómo las infecciones por el virus Zika pueden progresar en las personas.
El equipo de científicos de la UW y la Universidad de Duke, también en Estados Unidos --que incluye especialistas en enfermedades emergentes y transmitidas por insectos, genética e inmunología, pediatría y gestación-- han estado trabajando con monos infectados durante meses.
"Lo que hemos demostrado en el modelo de mono coincide con una gran cantidad de lo que se ha observado en estudios epidemiológicos de los seres humanos", dice Emma Mohr, investigadora en enfermedades infecciosas pediátricas en Wisconsin-Madison y primera autora del estudio con Matthew Aliota y Dawn Dudley, de las escuelas de Medicina Veterinaria y de Medicina y Salud Pública, respectivamente, de Wisconsin-Madison.
"Es importante para nosotros mostrar en un entorno de laboratorio lo que la gente espera en los seres humanos: que la viremia (infección por el virus Zika) se elimina dentro de una semana y protege protegido frente a futuras infecciones por el mismo virus", afirma.
Los autores infectaron monos con el tipo de virus Zika causante de una epidemia que se hizo evidente en América del Sur en 2015 y vieron que esos monos resistieron la infección por la misma cepa Zika diez semanas después. "Es una buena noticia para el diseño de vacunas --dice O'Connor, cuyo trabajo está financiado por los Institutos Nacionales de Salud--. Sugiere que el tipo de inmunidad que se produce naturalmente es suficiente. Si puede imitarse en una vacuna, es probable que se desarrolle una vacuna muy exitosa".
Sin embargo, sus resultados también revelaron un marcado contraste en la duración de la infección en monos hembra embarazadas frente a los machos y las hembras no embarazadas. Aunque vieron que los animales hembra no embarazadas en el estudio estaban libres del virus Zika a los diez días de la infección, el virus persiste en la sangre de los monos gestantes durante entre 30 y 70 días.
La infección prolongada tiene implicaciones para los severos impactos del virus Zika durante el embarazo. Zika ha estado ligada a problemas neurológicos en bebés, como microcefalia, un defecto de nacimiento particularmente desconocido que resulta en cerebros subdesarrollados y cabezas pequeña.
"Tenemos una buena noticia para la mayoría de las personas: si no estás embarazada y no corres el riesgo de quedarte encinta, es probable que no necesites preocuparte por el virus Zika --explica O'Connor--. Pero mi preocupación por el virus Zika en el embarazo es mucho mayor de lo que era hace seis meses".
Una posible explicación para la persistencia del virus en la gestación que el sistema inmunológico de las madres está demasiado comprometido y que simplemente no son capaces de eliminar el virus rápidamente. "La otra hipótesis, más provocativa es que es indicativo de infección del feto y lo que estamos observando en la sangre materna es la eliminación del virus por el feto de nuevo al torrente sanguíneo de la madre --detalla O'Connor--. Si esto es así, sugiere que existe una infección prolongada del feto que dura mucho más tiempo que la infección de la madre".
UN POSIBLE INDICADOR DE DAÑOS EN EL FETO
Si la infección madre-feto en bucle -como propuso por primera vez a principios de este año la obstetra de la Universidad Johns Hopkins Rita W. Driggers en un análisis de la infección Zika en una mujer embarazada-- resulta ser cierta, podría proporcionar una oportunidad para realizar un seguimiento de los riesgos de un feto en desarrollo sin recurrir a pruebas invasivas (y también inherentemente arriesgadas).
"Si éste es el caso, medir la carga viral en una mujer embarazada infectada con Zika sobre una base semanal o cada dos semanas podría proporcionar una indicación del grado probable de daños en el feto --apunta O'Connor--. Si una mujer embarazada entra en una clínica con el virus Zika y una semana después no presenta más evidencia de infección, podría ser una buena indicación de que es probable que el feto no esté afectado".
Usando la cantidad de virus en la sangre de los monos o las mujeres embarazadas como un representante de la infección del feto también puede proporcionar una forma de evaluar su progreso a los investigadores que trabajan en posibles tratamientos para proteger a los bebés de daño neurológico.
Sin embargo, nadie realmente entiende el rango de resultados en los niños que se ven afectados por infecciones del virus Zika durante el embarazo. "En Brasil, donde los hijos mayores nacidos de mujeres que fueron infectadas con Zika tien sólo alrededor de un año de edad en este momento, por lo que no tenemos ninguna idea de si algunos de los niños que son aparentemente normales van a tener problemas que sólo se manifiestan más tarde en la vida", advierte O'Connor.
Según los investigadores, los monos rhesus se emplean a menudo en la investigación del cerebro como modelos para los seres humanos. "Es posible que sea necesario seguir a los niños de cinco años o más para decir si existe un deterioro cognitivo en su desarrollo --dice Aliota, cuya investigación se ha centrado en la difusión de Zika en Colombia--. Pero es algo que se puede responder con macacos con relativa rapidez y la velocidad es muy importante en el contexto de una epidemia".
Aunque los investigadores han estado realizando ultrasonidos en monos embarazadas infectadas por el virus Zika y recogiendo el fluido de sus vientres, aún no pueden decir si los fetos que aún están creciendo están infectados o si alguno de ellos está desarrollando microcefalia.
"Para los embarazos humanos, tenemos tablas de crecimiento muy refinadas, un montón de información histórica, una gran cantidad de tecnologías de diagnóstico de alta calidad que pueden utilizarse para preguntarse qué está pasando --subraya O'Connor--. Si bien algunas de esas cosas están en desarrollo en macacos, están mucho menos maduras y mucho menos detalladas. Así que no podemos sacar conclusiones todavía".
Sin embargo, sus resultados muestran que una infección prepara al sistema inmune para proteger contra la infección futura, lo que podría proporcionar un poco de tranquilidad para millones de personas que estásn en la raíz de la epidemia de Zika. "En África, donde el virus ha estado circulando durante un periodo prolongado de tiempo, no han visto estos resultados adversos en el embarazo -señala Aliota---. Esto parece deberse a que las personas están expuestas principalmente temprano en la vida, desarrollando inmunidad, y luego se protegen más tarde en la vida cuando tienen hijos".