Los incendios de verano y la contaminación de invierno, relacionados con distintos riesgos de infarto y dolor torácico

Archivo - El incendio forestal, a 19 de agosto de 2023, en La Orotava, Tenerife, Islas Canarias (España). La situación del incendio forestal que comenzó en la noche del 15 de agosto en el monte de Arafo, en la isla de Tenerife, se ha complicado en la zo
Archivo - El incendio forestal, a 19 de agosto de 2023, en La Orotava, Tenerife, Islas Canarias (España). La situación del incendio forestal que comenzó en la noche del 15 de agosto en el monte de Arafo, en la isla de Tenerife, se ha complicado en la zo - Europa Press - Archivo
Publicado: lunes, 13 noviembre 2023 7:49


MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

Una nueva investigación de Intermountain Health en Salt Lake City, en Estados Unidos, muestra que los contaminantes atrapados en las capas más bajas y frías del aire en las comunidades de las regiones montañosas presentan a veces un mayor riesgo para esta población, mientras que el humo de los incendios forestales procedentes de lugares a menudo distantes también puede influir en el riesgo.

Los aumentos a corto plazo de la contaminación atmosférica pueden causar problemas a mucha gente, pero especialmente a quienes padecen cardiopatías diagnosticadas o no, pero no sólo es un problema potencial la contaminación procedente de los coches y los procesos industriales.

"Estamos descubriendo que la contaminación atmosférica afecta a personas distintas, de maneras distintas y en estaciones distintas --explica el doctor Benjamin Horne, profesor de investigación y director de epidemiología cardiovascular y genética de Intermountain Health--. Este estudio refuerza que, si alguien tiene dolores en el pecho, debe acudir al hospital, sea la estación que sea".

Los hallazgos de la investigación de Intermountain se presentaron en un par de estudios en las Sesiones Científicas 2023 de la Asociación Americana del Corazón. En el primero los investigadores de Intermountain examinaron la asociación entre la contaminación atmosférica por partículas finas (PM2,5) y ozono, y las hospitalizaciones por angina inestable (dolor torácico inestable que no provoca daños orgánicos) e infarto agudo de miocardio (ataque cardiaco en el que muere parte del músculo) durante dos estaciones distintas en Utah, cuando estos tipos de contaminación alcanzan niveles más altos.

Los investigadores estudiaron a los pacientes durante la temporada de incendios forestales de verano (de junio a octubre), y durante la temporada de inversión invernal (de noviembre a marzo), cuando el aire frío queda atrapado por las cadenas montañosas circundantes.

Las temperaturas aumentan durante una inversión junto con la elevación, lo que mantiene contaminantes como los de los vehículos y la industria en esa capa inferior fría, pero las inversiones no se producen en verano. Las elevaciones de PM2,5 a corto plazo en verano proceden del humo de los incendios forestales y normalmente ese humo se genera en lugares como California u Oregón que están a más de mil kilómetros de distancia.

Para el estudio, los investigadores analizaron los historiales médicos de 21.414 personas tratadas por infarto de miocardio o dolor torácico inestable entre 1999 y 2022 en 11 hospitales de toda la región Wasatch Front de Utah.

Los investigadores descubrieron que el aumento de partículas PM2,5 se asociaba con un mayor riesgo de infarto durante la temporada de inversión invernal, pero no durante la temporada de incendios forestales de verano.

También descubrieron que el riesgo de dolor torácico inestable aumentaba durante ambas estaciones, pero que las personas esperaban hasta dos semanas para buscar tratamiento durante el invierno. El equipo de investigación no halló ninguna relación entre las tasas de hospitalización y los niveles de contaminación por ozono.

En el segundo estudio, estudiaron la relación entre las PM2,5 y el ozono, y la hospitalización de pacientes con fibrilación auricular. Para ello, analizaron los historiales médicos electrónicos de 347.157 personas con diagnóstico previo de fibrilación auricular hospitalizadas por cualquier motivo, 25.601 hospitalizadas específicamente por fibrilación auricular y 77.893 a las que se diagnosticó fibrilación auricular por primera vez entre 1999 y 2022 en los mismos 11 hospitales.

Descubrieron que los aumentos a corto plazo de PM2,5 provocaron un aumento de la hospitalización por todas las causas en pacientes ya diagnosticados de fibrilación auricular, pero no un aumento del diagnóstico de fibrilación auricular por primera vez.

Comprobaron que la hospitalización por fibrilación auricular también era mayor durante la temporada estival de incendios forestales (entre un 9% y un 10% de aumento por cada día de niveles elevados de PM2,5, y sólo un 3% en invierno). El equipo de investigación no encontró ninguna asociación entre las tasas de hospitalización y los niveles de contaminación por ozono.

Estos resultados sugieren que "la fibrilación auricular está siendo desencadenada por la contaminación atmosférica, pero es otra cosa lo que les hace ir al hospital --explica Horne--. Podría ser que al inhalar contaminantes atmosféricos se produjera una inflamación en los pulmones, la circulación o el corazón, y cambiara el funcionamiento del organismo".

Las diferencias en las personas que acuden al hospital durante el verano y el invierno también podrían deberse al comportamiento, señala Horne, a que su percepción del riesgo puede ser diferente en verano, y también a que la población de Utah tiende a aumentar en los meses más cálidos debido al turismo.

"La conclusión es que si alguien está pensando que tal vez debería ir al hospital o tal vez no, debería ser precavido y someterse a una evaluación", recomienda.

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