Actualizado: jueves, 14 diciembre 2017 17:31

MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

Expertos del Programa de Epilepsia del Hospital Ruber Internacional, dirigido por el doctor Antonio Gil-Nagel, están participando en un estudio internacional sobre cirugía de epilepsia y discapacidad intelectual y que ha sido publicado en las revistas científicas 'The New England Journal of Medicine' y 'Brain Pathology'.

El proyecto, titulado 'Estudio Genético de Personas con Epilepsia y Discapacidad Intelectual: Impacto en su Tratamiento y Calidad de Vida' y que cuenta con la colaboración de la Fundación Gmp, ha sido incluido en el European Epilepsy Brain Bank (EEBB), un programa internacional financiado con fondos de investigación de la Unión Europea, en el que participan centros de todo el continente.

En concreto, 'The New England Journal of Medicine' ha presentado presenta los resultados del análisis de la anatomía patológica de más de 9.500 cirugías de epilepsia, resultado de un estudio realizado gracias a la colaboración en red de 36 centros procedentes de 12 países europeos, incluido el Hospital Ruber Internacional de Madrid.

En este trabajo se vuelve a poner de manifiesto la demora existente para llevar a cirugía a los pacientes que lo precisan, que alcanza los 5,3 años en niños y 20,1 años en adultos. En la población infantil las causas más frecuentes de epilepsia fueron las malformaciones del desarrollo cortical y los tumores benignos, mientras que en los adultos las más comunes fueron la esclerosis del hipocampo, los tumores benignos y en tercer lugar las malformaciones del desarrollo cortical.

Asimismo, la investigación publicada en 'Brain Pathology', también fruto de la colaboración con el EEBB incide sobre una muestra de 22 niños con epilepsia en los que se ha identificado un tipo de malformación congénita denominado malformación leve del desarrollo cortical con proliferación oligodendroglial.

Seis de estos niños fueron evaluados y operados en el Programa de Epilepsia del Hospital Ruber Internacional. Esta epilepsia se inicia con crisis muy frecuentes, en los dos primeros años de edad, y a partir de ese momento aparece un retraso en el desarrollo cognitivo, en ocasiones con rasgos autistas.

Y es que, tal y como han detallado los expertos, su identificación precoz es importante pues la cirugía a una edad temprana podría llevar a un control completo de las crisis en un tercio de los pacientes, y la mejoría cognitiva o la detención de su deterioro en un porcentaje superior. Por otra parte, si se consiguen desenmascarar las bases genéticas de esta epilepsia, podría beneficiarse en el futuro de terapias dirigidas.

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