MADRID, 22 May. (EDIZIONES) -
¿Qué señales pueden indicar que un niño no está durmiendo lo suficiente y podría verse afectado su crecimiento o desarrollo? Esta es una de las principales consultas de los padres en las consultas de pediatría, si su hijo duerme lo suficiente, y cómo mejorar el sueño de los niños que tanto inquieta en muchas ocasiones a los padres.
Entrevistamos en Europa Press Salud Infosalus precisamente a uno de los referentes en el sueño infantil en nuestro país, al pediatra Gonzalo Pin Arboledas, que es el coordinador del Grupo de Sueño y Cronobiología de la Asociación Española de Pediatría (AEP), quien advierte de que "dormir menos de lo recomendado de forma crónica puede tener un impacto profundo en el desarrollo integral del niño, afectando a su salud física, emocional, cognitiva, y social".
Es por eso por lo que este experto ve esencial que los niños mantengan buenos hábitos de sueño, respetando sus necesidades de tiempo de sueño, y favoreciendo un ritmo de sueño sin excesivas variaciones; aparte de que las familias prioricen siempre el descanso adecuado en la rutina diaria.
CUÁNTO DEBE DORMIR UN NIÑO, SEGÚN SU EDAD
¿Cuánto debe dormir un niño, según su edad, para garantizar un desarrollo óptimo?, preguntamos a este especialista en sueño infantil, quien recuerda que la cantidad de sueño aconsejada varía según la edad del menor:
·Recién nacidos (0-3 meses):14-17 horas, incluyendo siestas.
·Lactantes (4-12 meses): 12-16 horas (incluyendo siestas).
·Niños pequeños (1-2 años): 11-14 horas (incluyendo siestas).
·Preescolares (3-5 años): 10-13 horas (incluyendo siestas).
·Edad escolar (6-13 años): 9-12 horas.
·Adolescentes (14-17 años): 8-10 horas.
"Estas cifras son orientativas; algunos niños pueden necesitar un poco más o menos, pero dormir dentro de estos rangos es fundamental para su desarrollo físico, cognitivo, y emocional", ahonda el doctor Gonzalo Pin.
CONSECUENCIAS DE NO CUMPLIR CON LOS ESTÁNDARES DE SUEÑO
Con todo ello, este pediatra recuerda que el que los niños no duerman lo suficiente durante la infancia puede tener consecuencias negativas tanto en el corto, como en el largo plazo:
a) A corto plazo:
·Irritabilidad, mal humor, y cambios de conducta.
·Dificultades de atención, concentración y memoria.
·Bajo rendimiento escolar y problemas de aprendizaje.
·Mayor propensión a infecciones, ya que el sistema inmunitario se debilita.
b) A largo plazo:
·Alteraciones en el crecimiento corporal, ya que la hormona del crecimiento se libera principalmente durante el sueño profundo.
·Problemas de salud mental, como ansiedad, depresión y dificultades para manejar las emociones.
·Mayor riesgo de obesidad y de enfermedades metabólicas, debido a alteraciones en el apetito y en el metabolismo.
·Cambios en la estructura cerebral que pueden afectar el aprendizaje y el comportamiento, persistiendo incluso años después de la privación de sueño.
SÍNTOMAS DE QUE TU HIJO NO DUERME BIEN
Así, el doctor Gonzalo Pin manifiesta que son diversos los síntomas que pueden indicar que un niño no está durmiendo las horas necesarias para un desarrollo físico y cognitivo óptimo, como señales sutiles que pueden confundirse con otros problemas, por lo que es importante observarlas con atención:
Síntomas físicos:
·Dificultad para levantarse por la mañan,a o quedarse dormido después de haberlo despertado.
·Bostezos frecuentes, y signos de cansancio durante el día.
·Dormirse fuera de las horas habituales de siesta, incluso en la escuela o en casa.
·Dolores de cabeza matutinos o crónicos.
·Preferencia por acostarse durante el día, aunque implique perderse actividades sociales.
Síntomas cognitivos y académicos:
·Problemas para concentrarse, despistes, y dificultad para aprender nueva información.
·Bajo rendimiento académico y falta de motivación.
·Olvidos frecuentes y visión borrosa.
·Síntomas emocionales y de comportamiento (Irritabilidad, cambios frecuentes en el estado de ánimo y mal humor).
·Hiperactividad o impulsividad aumentada, que puede confundirse con TDAH.
·Conductas agresivas o desafiantes.
·Llanto excesivo a la hora de dormir o al despertar.
·Síntomas relacionados con el desarrollo:
·Aumento de peso sin causa aparente.
·Elevación de la presión arterial.
·Falta de interés en comer o disminución del apetito.
"Si estas señales persisten la falta de sueño puede afectar negativamente el crecimiento físico, ya que la hormona de crecimiento se libera principalmente durante el sueño profundo. Además, puede impactar en el desarrollo cognitivo, en el emocional, y en el social del niño, aumentando el riesgo de problemas de aprendizaje, de trastornos del comportamiento, y en dificultades en la regulación emocional. Si se observan varias de estas señales es recomendable consultar al pediatra para una evaluación y orientación adecuada", concluye el responsable del Grupo de Sueño y Cronobiología de la AEP.