MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
El corazón tiene su propio suministro de sangre, con las arterias coronarias que suministran sangre rica en oxígeno al corazón y las venas cardiacas que eliminan la sangre desoxigenada. Este sistema de vasos nutre el corazón, permitiéndole bombear sangre a todos los demás órganos y tejidos del cuerpo, pero, a pesar de su importancia crítica, no se conoce completamente el proceso y las moléculas necesarias para el desarrollo de los vasos coronarios.
Mediante el estudio del pez cebra, científicos del Instituto de Investigación Saban y el Instituto del Corazón del Hospital de Niños de Los Ángeles, en Estados Unidos, han descubierto una nueva fuente de células que pueden convertirse en los vasos coronarios y han identificado la proteína de señalización, una quimiocina llamada CXCL12, que guía este proceso. Sus resultados se publican este martes en la edición digital de 'Developmental Cell'.
PEZ CEBRA Y LA INVESTIGACIÓN CARDIOVASCULAR
El pez cebra se han convertido en un modelo vertebrado importante para la investigación cardiovascular por un número de razones, como su capacidad de regenerar su corazón si está dañado, y debido a la transparencia de los embriones que permite observar fácilmente los procesos internos, como el desarrollo de los vasos sanguíneos. Así, estos expertos lograron visualizar los vasos coronarios en desarrollo desde el endocardio o el revestimiento interno del corazón, específicamente del canal auriculoventricular, la estructura que divide el corazón en compartimentos.
"Esto impulsa nuestros esfuerzos en la regeneración del corazón para reparar corazones humanos", celebra Ching-Ling, investigadora principal en el Instituto de Investigación Saban de CHLA y autora principal del artículo. "Ahora hemos encontrado una nueva fuente de células que pueden diferenciarse en los vasos coronarios e identificado los factores necesarios", añade.
Lien y su equipo observaron que el pez cebra con una mutación en el receptor CXCR4 sobrevive, pero no es capaz de formar vasos coronarios o someterse a la regeneración del corazón después de una lesión. Dado que los peces sin esta mutación son capaces de hacer las dos cosas, los científicos llegaron a la conclusión de que una interacción entre los receptores CXCR4 en las células endoteliales y la proteína CXCL12b expresada por el miocardio regulan el proceso. Además de proporcionar información básica sobre el corazón en desarrollo, este hallazgo también puede tener relevancia clínica.
"Los niños o adultos jóvenes pueden no ser conscientes de tener vasos coronarios anormales debido a que su circulación es adecuada hasta que el corazón se estresa por el aumento de la demanda, por ejemplo, cuando participan en deportes extenuantes. Entonces, de repente, una persona joven aparentemente sana muere", explica Lien, quien también es profesora asistente en la Escuela Keck de Medicina e investigadora en el Instituto Cardiovascular Torácica en la Universidad del Sur de California.
"Por otra parte, una persona con vasos coronarios anormales podría tener mayor riesgo de sufrir ataques al corazón más adelante en la vida. Nuestros resultados guiarán la investigación futura hacia la comprensión de estos trastornos devastadores con el fin de ser más capaces de diagnosticarlos y desarrollar estrategias de intervención", concluye.