Los fármacos GLP-1 revolucionan la pérdida de peso: la OMS pone bajo lupa sus efectos

Archivo - Inyector de pluma de liraglutida con aguja para tratar la diabetes tipo 2, obesidad, GLP-1
Archivo - Inyector de pluma de liraglutida con aguja para tratar la diabetes tipo 2, obesidad, GLP-1 - PETER TOGEL - Archivo
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Publicado: jueves, 30 octubre 2025 7:49

   MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -

   De repente, todos hablan de ellos. Los fármacos que prometen adelgazar sin pasar hambre están cambiando las reglas del juego. Pero ¿son realmente tan efectivos como parecen? La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de ponerlos bajo la lupa, y los resultados podrían redefinir el futuro del tratamiento de la obesidad.

DEL CONTROL DE LA DIABETES AL FENÓMENO GLOBAL DEL PESO

Los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón-1 (GLP-1) se desarrollaron originalmente para tratar a personas con diabetes tipo 2 y comenzaron a utilizarse clínicamente a mediados de la década de 2000. En estos pacientes, especialmente en aquellos con enfermedades cardíacas o renales, estos fármacos mejoraron el control de la glucemia, redujeron el riesgo de complicaciones cardíacas y renales, favorecieron la pérdida de peso y disminuyeron el riesgo de muerte prematura.

Más recientemente, se han probado agonistas del receptor GLP-1 en personas con obesidad. Estos fármacos imitan la actividad de una hormona natural que ralentiza la digestión y ayuda a las personas a sentirse saciadas por más tiempo. Actualmente están para el control de peso, junto con una dieta baja en calorías y ejercicio, en personas con obesidad o con sobrepeso y problemas de salud relacionados con el peso.

TRES REVISIONES COCHRANE CONFIRMAN SU EFICACIA… CON MATICES

   Tres nuevas revisiones Cochrane hallan evidencia de que los fármacos GLP-1 producen una pérdida de peso clínicamente significativa, pero estudios financiados por la industria plantean dudas. Las revisiones fueron encargadas por la OMS para fundamentar las futuras directrices sobre el uso de estos fármacos para tratar la obesidad.

   Las revisiones, que examinan los efectos de tres fármacos para bajar de peso, conocidos como antagonistas del receptor GLP-1, han descubierto que los tres fármacos producen una pérdida de peso clínicamente significativa en comparación con el placebo. Sin embargo, la evidencia sobre los resultados a largo plazo, los efectos secundarios y los posibles conflictos de intereses sigue siendo limitada o incierta.

EFECTOS SECUNDARIOS Y DUDAS SOBRE SU INDEPENDENCIA CIENTÍFICA

   En las revisiones, la tirzepatida, la semaglutida y la liraglutida produjeron una pérdida de peso significativa en comparación con el placebo después de uno a dos años, y es probable que estos efectos se mantengan mientras continúa el tratamiento.

   La tirzepatida (administrada una vez a la semana) produjo una reducción de peso de aproximadamente el 16% después de 12 a 18 meses. La evidencia de 8 ensayos controlados aleatorizados (6.361 participantes) también sugirió que estos efectos podrían mantenerse hasta 3,5 años, aunque los datos de seguridad a largo plazo fueron limitados.

   La semaglutida (también inyectada semanalmente) redujo el peso corporal en aproximadamente un 11% después de 24 a 68 semanas, con efectos que probablemente se mantuvieron hasta dos años, según 18 ensayos controlados aleatorizados (27.949 participantes). El fármaco aumentó la probabilidad de lograr una pérdida de peso corporal de al menos un 5%, pero se asoció con mayores tasas de efectos secundarios gastrointestinales de leves a moderados.

   La liraglutida (inyección diaria) produjo una reducción de peso promedio más moderada, de alrededor del 4-5%, según 24 ensayos (9937 participantes), pero aun así aumentó la proporción de personas que lograron una pérdida de peso significativa en comparación con el placebo. La evidencia de efectos a largo plazo, más allá de los dos años, fue más limitada.

LO QUE VIENE: LA OMS PREPARA NUEVAS DIRECTRICES GLOBALES

   En las revisiones, se observó poca o ninguna diferencia entre estos fármacos y el placebo en cuanto a eventos cardiovasculares mayores, calidad de vida o mortalidad. Sin embargo, los eventos adversos, en particular las náuseas y los síntomas digestivos, fueron más frecuentes entre los participantes que tomaban fármacos GLP-1, y algunos interrumpieron el tratamiento debido a los efectos secundarios.

   "Estos fármacos tienen el potencial de provocar una pérdida de peso sustancial, sobre todo durante el primer año", destaca Juan Franco, coinvestigador principal de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf (Alemania). "Es un momento emocionante tras décadas de intentos fallidos de encontrar tratamientos eficaces para las personas con obesidad".

   La mayoría de los estudios incluidos fueron financiados por las compañías farmacéuticas, quienes participaron activamente en la planificación, ejecución, análisis y presentación de los resultados. Esto plantea inquietudes sobre posibles conflictos de intereses y la necesidad de investigación independiente.

   Los autores también enfatizan que el uso más amplio de estos medicamentos debe considerar los determinantes sociales y comerciales de la salud, como el acceso, la asequibilidad y la cobertura del seguro, para evitar profundizar las desigualdades sanitarias existentes entre las personas con obesidad. Los altos precios de la semaglutida y la tirzepatida limitan actualmente el acceso, mientras que la patente vencida de la liraglutida ha permitido la disponibilidad de versiones genéricas más asequibles. La patente de la semaglutida también expirará en 2026.

   Los estudios incluidos en las tres revisiones se realizaron principalmente en países de ingresos medios y altos, con escasa o nula representación de regiones como África, Centroamérica y el Sudeste Asiático. Considerando la diversidad en la composición corporal, la dieta y los hábitos de salud entre las poblaciones, los autores señalan la importancia de evaluar el rendimiento de estos fármacos en diferentes contextos globales.

   "Necesitamos más datos sobre los efectos a largo plazo y otros resultados relacionados con la salud cardiovascular, especialmente en personas con menor riesgo", agrega Eva Madrid, coinvestigadora principal de la Universidad de Valparaíso, Chile. "La recuperación de peso tras suspender el tratamiento podría afectar la sostenibilidad a largo plazo de los beneficios observados. Se necesitan más estudios independientes desde una perspectiva de salud pública".

   Las revisiones destacan que las investigaciones independientes y a largo plazo son esenciales para fundamentar las decisiones clínicas y de políticas públicas y para establecer mejor el papel de los agonistas del receptor GLP-1 en el control del peso a largo plazo.

   Estas revisiones, encargadas por la Organización Mundial de la Salud, servirán de base para las próximas directrices de la OMS sobre el uso de agonistas del receptor de GLP-1 para el tratamiento de la obesidad. Se espera que las directrices se publiquen próximamente, tras una consulta pública celebrada en septiembre.

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