MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
Estirar la piel estimula las células inmunitarias y aumenta su capacidad para absorber moléculas grandes, incluidas las presentes en las vacunas, según un trabajo de investigadores del INSERM (Francia) y del King's College de Londres (Reino Unido). En un artículo publicado en la revista 'Cell Reports' de Cell Press, informan que la aplicación tópica de vacunas mientras se estira la piel resultó en una inmunización más eficaz que la inyección subcutánea de la vacuna en ratones.
"Hay que tener mucho cuidado con lo que se aplica en la piel", comenta la autora principal e inmunóloga Elodie Segura, del INSERM. "Hemos demostrado que podemos utilizar esta vía cutánea para la administración de vacunas, pero también podría permitir la penetración de compuestos tóxicos o estimular la inflamación o la alergia".
Cuando los receptores de la piel detectan lesiones, estimulan una respuesta inmunitaria. Otros receptores cutáneos detectan el estiramiento, que se produce durante el masaje o al aplicar productos para el cuidado de la piel, pero no estaba claro si el estiramiento de la piel sin daño también podía activar el sistema inmunitario.
Para examinar los efectos del estiramiento de la piel en su permeabilidad y el sistema inmunitario, los investigadores utilizaron un dispositivo que estira la piel mediante la aplicación de presión de succión. Tras 20 minutos de aplicación, el dispositivo aumentó temporalmente la permeabilidad de la piel de ratones y humanos a moléculas grandes marcadas con fluorescencia, reorganizando las fibras de colágeno de la piel de forma que provocó la apertura de los folículos pilosos. La piel conservó su impermeabilidad habitual después de unos 15 minutos.
El equipo también demostró que el estiramiento de la piel activa una respuesta inmunitaria local. En ratones, el dispositivo provocó un aumento en el número de células inmunitarias en la piel 24 horas después, lo que sugiere que estas células migraban a la piel en respuesta al estiramiento. El estiramiento también desencadenó cambios en la expresión génica de más de 1.000 genes, incluyendo varios genes que codifican moléculas de señalización inmunitaria (citocinas). "Fue bastante sorprendente. No esperaba que se produjera tanta producción de moléculas inflamatorias simplemente estirando la piel", apunta Segura.
Para probar si estos cambios en la vigilancia inmunológica y la permeabilidad de la piel podrían permitir la administración de vacunas sin agujas en ratones, los investigadores aplicaron una loción tópica que contenía una vacuna contra la gripe marcada con fluorescencia junto con el dispositivo de estiramiento de la piel.
El marcador fluorescente de la vacuna reveló una absorción lenta y controlada de la vacuna en el torrente sanguíneo de los ratones y una acumulación del antígeno de la vacuna en los ganglios linfáticos cercanos, que es donde se coordinan las respuestas inmunes.
En comparación con la administración intramuscular de la vacuna, el método sin aguja resultó en mayores niveles de anticuerpos contra el antígeno de la gripe H1N1. La inclusión de un adyuvante en la formulación de la vacuna (una sustancia química que potencia la respuesta inmunitaria a la vacunación) no mejoró la respuesta inmunitaria cuando la vacuna se administró por vía cutánea, lo que sugiere que el estiramiento cutáneo por sí solo fue suficiente para potenciar la inmunización.
"Tan solo estirar la piel fue más efectivo que administrar la misma vacuna con una aguja, lo que demuestra la relevancia práctica de esta activación inmunitaria", comenta el autor principal Stuart Jones, del King's College de Londres. "Esta nueva vía de acceso a la piel podría utilizarse de muchas maneras diferentes: demostramos su potencial para la administración de vacunas, pero también estamos empezando a considerar la administración de terapias celulares y su posible uso para el diagnóstico".
Dado que la mayoría de estas pruebas se realizaron en ratones, se necesita más investigación para examinar si el estiramiento de la piel produce una activación inmunitaria similar en humanos y si podría facilitar la administración de vacunas. El equipo también planea investigar si esta vía de apertura de la piel podría estimular respuestas inmunitarias indeseadas o alergias.
"La piel humana suele ser mucho menos permeable que la de ratón porque tiene una capa externa más gruesa, pero en este caso, respondió de la misma manera porque las moléculas se mueven a través de los folículos pilosos, no a través de la capa externa de la piel", afirma Jones. "Creemos que esto proporciona una base muy sólida para que nuestros resultados se puedan aplicar a humanos".