MADRID, 24 Feb. (EDIZIONES) -
La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y estudios recientes alertan de que la mortalidad por accidentes de circulación en ancianos casi cuadruplica a la del resto de usuarios de las vías abiertas al tráfico, a la vez que advierten de que el consumo de fármacos, el deterioro cognitivo asociado a la edad y la presencia de pluripatologías representan la principal causa en la mayor parte de accidentes de tráfico en las personas de edad avanzada.
¿Hasta qué edad es conveniente conducir? ¿Cuáles son las enfermedades que pueden limitar una buena conducción, o los fármacos que la pueden perjudicar? Para resolver todas estas dudas, Infosalus entrevista al director de Seguridad Vial del RACE, Tomás Santa Cecilia.
En primer lugar, el experto del RACE recuerda que para la obtención del permiso de conducir es necesario estar en plenas facultades de salud y, para ello, por ley, se requiere superar un reconocimiento psicofísico.
De hecho, destaca que es "muy peligroso" conducir si por ejemplo tenemos roto un brazo o la clavícula, o alguna minusvalía física que nos impide manejar tanto el volante como los mandos correctamente y con soltura. Además, Santa Cecilia indica que si se trata de un trastorno en nuestra vista o nuestro oído, estos representan el órgano vital para el 90% de nuestras decisiones al volante.
TRASTORNOS QUE INFLUYEN O LIMITAN LA CONDUCCIÓN
Con ello, el director de Seguridad Vial del RACE destaca los trastornos o enfermedades que limitan o influyen en la conducción y que, a su vez, dificultan la renovación del carné de conducir, tales como la diabetes, que precisa de un informe cada cuatro años que autorice a la conducción; o la quimioterapia por ejemplo (deben pasar tres meses después del tratamiento para poder conducir, aunque depende del tratamiento y del paciente).
A su vez, señala a las enfermedades mentales como argumento de exclusión a la hora de conducir (depresión, demencia, déficit de atención, ansiedad, psicosis, o esquizofrenia entre otras). En el caso concreto de la demencia, Santa Cecilia indica que se trata de un deterioro cognitivo multicasual, que generalmente tiene lugar en las personas de avanzada edad.
Por ello, recuerda que la renovación de la licencia de conducir, que conlleva las mencionadas pruebas psicofísicas, se produce cada diez años, y cada cinco a partir de los 65 años, momento en el que puede detectarse si la pérdida de facultades del paciente es lo suficientemente acusada como para no poder renovar el permiso de conducción.
La ceguera es igualmente un motivo de incapacidad para conducir, al mismo tiempo que las enfermedades respiratorias también se encuentran en la lista de exclusión, de forma permanente en el caso concreto de la disnea (ahogo o dificultad en la respiración).
En cuanto a la epilepsia, Santa Cecilia indica que es necesario un informe del médico que asegure que el paciente está capacitado para conducir, y que hay que renovar como mínimo cada dos años.
Igualmente, recuerda que las enfermedades cardiovasculares pueden provocar limitaciones temporales en la conducción (requiere de un tiempo de carencia de seis meses, salvo en los casos en los que haya secuelas permanentes que supongan la exclusión permanente de la renovación del permiso). En el caso de las arritmias, el responsable del RACE dice que hay que presentar un informe favorable que diga que se puede conducir.
"También, a quien tome medicamentos, el médico le tiene que decir si le pueden o no afectar a la conducción", apostilla, a la vez que es necesario un informe favorable de deshabituación para los dependientes de alcohol, drogas o sustancias psicotrópicas.
En el caso de las personas que hayan sido trasplantadas de riñón, el responsable del RACE indica que únicamente podrán renovar el carné pasados los seis meses de la renovación, y con informe favorable del médico. El vértigo también supone un impedimento permanente a la hora de conducir.
¿HASTA QUÉ EDAD SE PUEDE CONDUCIR?
Aquí resalta que desde el RACE no se establece una edad concreta para dejar de conducir, un límite concreto. "El limite lo deben poner, y está así estipulado por ley, los reconocimientos psicofísicos. La edad a día de hoy no debe ser un criterio limitante. En definitiva, se puede ser mayor con 20 años, y joven con 80, por lo que depende mucho de las capacidades psicofísicas del conductor. La edad no debe ser un factor limitante, y para eso está la ley y los reconocimientos psicofísicos, donde se observa la agudeza visual del conductor, la auditiva, y la coordinación visomanual", recalca el experto.
Sí es cierto, según afirma, que con la edad se van deteriorando o van mermando determinados sentidos, pero para ello dice que hay ejercicios o medidas compensatorias y terapias que hacen mejorar o contrarrestar este tipo de deterioro progresivo que se produce.
Por otro lado, Santa Cecilia también señala que hay personas mayores que son conscientes de la edad que tienen y de sus limitaciones y que por voluntad propia dejan de conducir.