MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de NYU Langone Health (Estados Unidos) revela que un número récord de hombres y mujeres en todo el mundo padecen insuficiencia renal. Las cifras, según se recoge en 'The Lancet' aumentaron de 378 millones de personas con esta enfermedad en 1990 a 788 millones en 2023, debido al crecimiento y envejecimiento de la población mundial, convirtiéndola por primera vez en una de las diez principales causas de muerte a nivel global.
El trabajo, liderado por investigadores de NYU Langone Health, en colaboración con la Universidad de Glasgow (Reino Unido) y el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington (Estados Unidos) analiza el aumento de la incidencia de esta enfermedad, en la que los riñones pierden gradualmente su capacidad para filtrar los desechos y el exceso de líquido de la sangre.
Los casos leves pueden ser asintomáticos, mientras que las etapas más graves pueden requerir diálisis, terapia de reemplazo renal o un trasplante de riñón. Los resultados se presentan simultáneamente en la conferencia anual Kidney Week de la Sociedad Americana de Nefrología, que se celebra del 5 al 9 de noviembre de 2025 en Houston (Estados Unidos).
CERCA DE 1,5 MILLONES DE PERSONAS FALLECIERON
Los hallazgos revelaron que aproximadamente el 14% de los adultos en el mundo padecen enfermedad renal crónica. Los resultados también mostraron que cerca de 1,5 millones de personas fallecieron a causa de esta afección en 2023, lo que representa un aumento de más del 6% desde 1993, considerando las diferencias en la demografía por edad de los países a lo largo del tiempo.
"Nuestro trabajo demuestra que la enfermedad renal crónica es común, mortal y se está convirtiendo en un grave problema de salud pública" advierte Josef Coresh, director del Instituto de Envejecimiento Óptimo de NYU Langone y coautor principal del estudio. "Estos hallazgos respaldan los esfuerzos por reconocer esta afección, junto con el cáncer, las enfermedades cardíacas y los problemas de salud mental, como una prioridad fundamental para los responsables políticos de todo el mundo".
En mayo de este año, la Organización Mundial de la Salud incluyó formalmente la enfermedad renal crónica en su agenda para reducir en un tercio las muertes prematuras por enfermedades no contagiosas antes de 2030. Para combatir la epidemia, los expertos primero necesitan comprender las tendencias poblacionales más recientes. Así, este nuevo informe publicado en 'The Lancet', es la estimación más completa de la enfermedad en casi una década, según los autores.
La investigación se llevó a cabo como parte del estudio Carga Mundial de Morbilidad (GBD) 2023, el esfuerzo más exhaustivo del mundo para monitorear la pérdida de salud en distintos países y a lo largo del tiempo. Sus hallazgos se utilizan ampliamente para orientar la formulación de políticas e informar la investigación en salud global.
EL IMPACTO DE LA DISCAPACIDAD CAUSADA POR LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
Para el estudio, el equipo analizó 2.230 artículos de investigación publicados y conjuntos de datos nacionales de salud en 133 países. Además de buscar patrones en los diagnósticos y la mortalidad, el equipo examinó el impacto de la discapacidad causada por la enfermedad renal crónica. Otro hallazgo importante fue que la insuficiencia renal, además de ser una causa directa de muerte, constituye un factor de riesgo clave para las enfermedades cardíacas, contribuyendo a aproximadamente el 12% de la mortalidad cardiovascular mundial.
Los resultados mostraron, además, que en 2023 esta afección fue la duodécima causa principal de disminución de la calidad de vida por discapacidad. Los principales factores de riesgo para la enfermedad renal resultaron ser la hiperglucemia, la hipertensión arterial y un índice de masa corporal elevado (un indicador de obesidad).
La mayoría de las personas con enfermedad renal crónica que participaron en el estudio se encontraban en las primeras etapas de la enfermedad. Esto es importante porque un tratamiento rápido con medicamentos y cambios en el estilo de vida puede evitar la necesidad de intervenciones más drásticas y costosas, como la diálisis y el trasplante de riñón.
ESTÁ INFRADIAGNOSTICADA E INFRATRATADA
Otro dato destacado es que en África subsahariana, el sudeste asiático, América Latina y otras regiones de bajos ingresos, relativamente pocas personas reciben diálisis o trasplantes de riñón, probablemente porque estos tratamientos son menos accesibles y más difíciles de costear en esas zonas.
"La enfermedad renal crónica está infradiagnosticada e infratratada", indica Morgan Grams, catedrática de la NYU Langone Health y coautora principal del estudio. "Nuestro informe subraya la necesidad de realizar más pruebas de orina para detectarla precozmente y de garantizar que los pacientes puedan costear y acceder al tratamiento una vez diagnosticados".
Grams señala que en los últimos cinco años se han comercializado nuevos medicamentos que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad renal y reducir el riesgo de infarto, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca.
Sin embargo, se necesitará tiempo para observar mejoras a nivel mundial. Así, el trabajo advierte que, dado que la enfermedad renal crónica no se estudia lo suficiente, puede ser incluso más común de lo que sugieren los resultados actuales.