¿Duermes mal y comes más? La ciencia descubre que no es hambre ni falta de voluntad

Archivo - Hombre mirando dentro de la nevera. Pandemia. Covid. Comida.
Archivo - Hombre mirando dentro de la nevera. Pandemia. Covid. Comida. - SIMONAPILOLLA/ISTOCK - Archivo
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Publicado: martes, 11 noviembre 2025 8:01

   MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

El sueño y la alimentación, comportamientos generalmente excluyentes pero vitales para la supervivencia y la salud, están intrínsecamente ligados. En diversas especies, la privación crónica de sueño se asocia con un mayor consumo de calorías, mientras que el ayuno suele inducir la supresión del sueño.

A pesar de la evidencia de una relación dinámica entre estos comportamientos, aún no se comprende del todo cómo el sueño afecta los hábitos alimenticios ni cómo los cambios en la alimentación y la nutrición alteran el sueño.

LA RELACIÓN ENTRE SUEÑO Y ALIMENTACIÓN, TODAVÍA POCO CONOCIDA

   Los patrones de sueño y los hábitos alimenticios pueden influirse mutuamente, pero la relación entre estos comportamientos aún no está clara, por ello expertos del Instituto Herbert Wertheim UF Scripps de Innovación y Tecnología Biomédica (Estados Unidos) han realizado una investigación al respecto.

   En un nuevo artículo publicado en 'JNeurosci', los investigadores explican cómo utilizaron moscas de la fruta (Drosophila) para explorar cómo los diferentes tipos de privación de sueño influyen en el comportamiento posterior de sueño y alimentación.

   Los investigadores pusieron a prueba distintas condiciones de privación de sueño y descubrieron que, cuando las moscas de la fruta sufren privación de sueño hasta el punto de perder energía, compensan comiendo y durmiendo más para recuperarla. Cuando la privación de sueño no les provoca pérdida de energía, no comen ni duermen más.

DORMIR POCO PUEDE AUMENTAR EL APETITO

   Según los autores, este trabajo demuestra que la privación energética derivada de la falta de sueño está relacionada con un mayor deseo de comer y dormir más tarde. De esta forma apuntan: "Creo que nuestro trabajo refuerza la idea de utilizar intervenciones conductuales menos invasivas para el sueño con el fin de aliviar los trastornos alimentarios y metabólicos".

   "Es posible que, al corregir los hábitos de sueño, resulte más fácil modificar los antojos y los hábitos alimentarios. Nuestro trabajo también sugiere que podría ser difícil tratar los trastornos del sueño o metabólicos de forma aislada; quizá sea necesario corregir múltiples conductas, incluidos los hábitos de sueño y alimentación, para lograr intervenciones terapéuticas eficaces", afirman.

CONCLUSIÓN PRINCIPAL

Estos hallazgos sugieren que el sueño funciona como un mecanismo de conservación de energía y que tratar los hábitos de sueño y alimentación por separado puede ser poco eficaz en trastornos metabólicos y del sueño. Los autores señalan que corregir el descanso puede ayudar también a regular los antojos y la conducta alimentaria, lo que abre la puerta a intervenciones terapéuticas combinadas que aborden sueño y metabolismo de manera integrada.

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