MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigación dirigido por la Universidad de Buffalo (Estados Unidos) ha descubierto una técnica que podría ayudar a aumentar la eficacia de las vacunas contra la Covid-19, mediante la transformación de una de las proteínas del virus en nanopartículas.
El profesor asociado del Departamento de Ingeniería Biomédica de dicha universidad, el doctor Jonathan F. Lovell, es el principal investigador del estudio, titulado 'SARS-CoV-2 RBD Neutralizing Antibody Induction is Enhanced by Particulate Vaccination', y que se ha publicado en 'Advanced Materials'.
Según Lovell, una de las claves podría estar en el diseño de vacunas que imiten parcialmente la estructura del virus. Así, una de las proteínas del SARS-CoV-2, situada en la punta del mismo, tiene un componente llamado "dominio de unión al receptor", o RBD, por sus siglas en inglés, que es su "talón de Aquiles". Es decir, los anticuerpos contra esta parte del virus tienen el potencial de neutralizar el virus.
"Sería interesante si una vacuna pudiera inducir altos niveles de anticuerpos contra el RBD", ha expresado Lovell. "Una forma de lograr este objetivo es utilizar la propia proteína del RBD como antígeno, es decir, el componente de la vacuna contra el que se dirigirá la respuesta inmunológica", ha añadido.
Concretamente, el equipo planteó la hipótesis de que, al convertir la RBD en una nanopartícula (de tamaño similar al del propio virus) en lugar de dejarla permanecer en su forma natural como una pequeña proteína, generaría niveles más altos de anticuerpos neutralizantes y, por tanto, su capacidad para generar una respuesta inmune aumentaría.
En este sentido, el equipo de Lovell había desarrollado previamente una tecnología que facilita la conversión de pequeñas proteínas purificadas en partículas mediante el uso de liposomas, o pequeñas nanopartículas formadas a partir de componentes grasos naturales. En el nuevo estudio, los investigadores han incluido, dentro de los liposomas, un lípido especial llamado cobalto-porfirina-fosfolípido (CoPoP). Ese lípido especial permite que la proteína RBD se una rápidamente a los liposomas, formando más nanopartículas que generan una respuesta inmune.
Así, el equipo observó que, cuando la RBD se convertía en nanopartículas, mantenía su forma tridimensional correcta, y las partículas eran estables en condiciones de incubación similares a las del cuerpo humano. De esta forma, cuando los ratones y conejos de laboratorio fueron inmunizados con las partículas del RBD, se indujeron altos niveles de anticuerpos. En comparación con otros materiales que se combinan con el RBD para mejorar la respuesta inmunológica, solo el abordaje con partículas que contienen CoPoP ha dado respuestas sólidas.
"Ninguna otra tecnología adyuvante de vacunas tiene la capacidad de convertir la RBD en partículas", ha expresado Lovell. "Creemos que estos resultados proporcionan evidencia a la comunidad de desarrollo de vacunas de que el antígeno RBD se beneficia mucho de estar en formato de partículas, y esto podría ayudar en el futuro diseño de la vacuna, que apunta a este antígeno específico".