Tu cuerpo sigue quemando calorías incluso cuando dejas de moverte, según la ciencia

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Publicado: lunes, 3 noviembre 2025 8:57

   MADRID, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -

Moverse no solo fortalece el cuerpo: también mantiene activo el metabolismo incluso cuando descansamos. La actividad física influye mucho más de lo que parece en cómo usamos y gestionamos nuestra energía diaria.

   Los efectos de la actividad física no cesan cuando lo hace el movimiento, según un nuevo estudio investigadores de Virginia Tech (Estados Unidos) en colaboración con investigadores de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) y la Universidad de Shenzhen (China).

LA ACTIVIDAD FÍSICA SIGUE QUEMANDO ENERGÍA INCLUSO DESPUÉS DEL MOVIMIENTO

    Tal y como publican en 'Actas de la Academia Nacional de Ciencias', los investigadores descubrieron que estar activo aumenta la energía total que utilizamos todos los días sin hacer que el cuerpo conserve energía de otras maneras.

   Esto es importante porque los beneficios para la salud de aumentar la actividad física ya están bien documentados, pero hay menos investigación sobre cómo el ejercicio impacta el "presupuesto energético" de una persona, o la asignación de energía a diferentes funciones corporales.

    Se ha considerado que el presupuesto energético de una persona funciona de dos maneras: como un salario fijo donde la energía se redistribuye desde otras funciones para cubrir el coste del movimiento, o como un sistema flexible, basado en comisiones, que es aditivo y permite un mayor gasto energético. El equipo quería determinar qué modelo explica mejor cómo cambia realmente el presupuesto energético según los diferentes niveles de actividad física. Para ello, los investigadores evaluaron el gasto energético total, o el total de calorías quemadas en un día, en participantes de un amplio espectro de actividad física.

    "Nuestro estudio encontró que una mayor actividad física está asociada con una mayor quema de calorías, independientemente de la composición corporal, y que este aumento no se compensa con la reducción de energía que el cuerpo gasta en otras partes", indica Kevin Davy, profesor del Departamento de Nutrición Humana, Alimentos y Ejercicio de Virginia Tech e investigador principal del estudio.

UN ESTUDIO QUE MIDIÓ EL GASTO CALÓRICO REAL

   Se pidió a los participantes que bebieran isótopos de oxígeno e hidrógeno y que luego se les recolectaran muestras de orina durante dos semanas. El oxígeno se elimina en forma de agua y dióxido de carbono, mientras que el hidrógeno se elimina únicamente en forma de agua. La diferencia en la cantidad de cada isótopo perdido es proporcional a la cantidad de dióxido de carbono producido y, por lo tanto, a la energía gastada. La actividad física se midió mediante un pequeño sensor que se lleva en la cintura y que mide el movimiento en múltiples direcciones.

    Los niveles de actividad física de los participantes variaron considerablemente, desde el sedentarismo hasta carreras de ultra resistencia. Hubo 75 participantes de entre 19 y 63 años. En lugar de ahorrar energía en un área para compensar las calorías quemadas mediante la actividad física, el estudio descubrió que el cuerpo continúa funcionando a su ritmo habitual, lo que significa que el uso general de energía aumenta en respuesta directa al aumento de movimiento.

    Por ejemplo, cuando el cuerpo mantiene funciones básicas como la respiración, la circulación sanguínea y la regulación de la temperatura, la cantidad de energía que utiliza se mantiene estable, según el estudio. Esto significa que el cuerpo no compensa ni "cancel" de forma evidente las calorías adicionales quemadas mediante la actividad.

    "El balance energético fue un aspecto clave del estudio", desarrolla Kristen Howard, investigadora asociada sénior de Virginia Tech y autora principal del artículo. "Observamos a personas con un nivel de energía adecuado. Es posible que la aparente compensación en condiciones extremas refleje un nivel de energía insuficiente".

MOVERSE MÁS NO ES UN MITO METABÓLICO

    La investigación también encontró una clara relación entre ser más activo y pasar menos tiempo sentado. En pocas palabras, las personas más activas físicamente tienen menos probabilidades de pasar largos periodos de inactividad.

   Resulta que la idea de que moverse más se asocia con quemar más podría no ser un mito metabólico, a pesar de la incertidumbre entre los expertos en el tema. Si bien estos hallazgos parecen confirmar el modelo aditivo, los investigadores afirmaron que aún hay margen para seguir investigando en este ámbito.

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