MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
La contaminación del aire con partículas finas puede estar asociado con daño de los vasos sanguíneos e inflamación entre los adultos jóvenes y sanos, según concluye una investigación que se publica en 'inCirculation Resesarch', una revista de la Asociación Americana del Corazón'. Estos hallazgos sugieren que los proveedores de salud deben tener en cuenta los efectos cardiovasculares de la contaminación del aire en todos los pacientes, no sólo los que están enfermos o ancianos.
"Estos resultados amplían considerablemente nuestra comprensión de cómo la contaminación del aire contribuye a la enfermedad cardiovascular, mostrando que la exposición se vincula con una cascada de efectos adversos", afirman C. Arden Pope, autor principal del estudio, y Mary Lou Fulton, profesora de Economía en la Universidad Brigham Young en Provo, Utah, Estados Unidos.
Se sabe que la contaminación del aire contribuyen a las enfermedades cardiovasculares y las muertes relacionadas. En 2004, la Asociación Americana del Corazón publicó una declaración científica, actualizada en 2010, advirtiendo del riesgo y recomendando que la gente hable con su médico acerca de cómo evitar la exposición a la polución específica de su área. Sin embargo, no quedó claro cómo la contaminación del aire realmente afecta a los vasos sanguíneos para aumentar el riesgo de enfermedad.
Para este estudio, los investigadores analizaron el componente de la contaminación atmosférica conocido como partículas finas (PM 2.5) --pequeñas piezas de contaminación sólida o líquida emitidas por los vehículos a motor, las fábricas, las centrales eléctricas, los incendios y el tabaco--. Estos científicos encontraron que la exposición periódica a las partículas finas se relacionó con varios cambios anormales en la sangre que son marcadores de la enfermedad cardiovascular.
MÁS LESIÓN Y MUERTE CELULAR A MAYOR CONTAMINACIÓN DEL AIRE
A medida que se incrementó la contaminación del aire, vieron que aumentaron en número las pequeñas micro-partículas que indican lesión y muerte celular; subieron los niveles de proteínas que inhiben el crecimiento de los vasos sanguíneos; y se elevaron de manera significativa las proteínas que significan inflamación de los vasos sanguíneos.
"Estos hallazgos sugieren que vivir en un medio ambiente contaminado podría promover el desarrollo de hipertensión arterial, enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular y de forma más generalizada y en una fase previa lo que se pensaba", destaca Aruni Bhatnagar, coautor del estudio y profesor de Medicina Cardiovascular de la Universidad de Louisville, en Kentucky, Estados Unidos.
"Aunque sabemos desde hace tiempo que la contaminación del aire puede provocar ataques cardiacos o accidentes cerebrovasculares en individuos susceptibles y personas de alto riesgo, el hallazgo de que también podría afectar incluso a individuos aparentemente sanos sugiere que el aumento de los niveles de contaminación del aire son motivo de preocupación para todos nosotros, no sólo para los enfermos o ancianos", advierte.
Los participantes del estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud, fueron 72 adultos sanos, no fumadores de Provo, Utah, con una edad media de 23 años, la mayoría blancos, y más de la mitad hombres. Durante los inviernos de 2013, 2014 y 2015, se tomaron muestras de sangre de los participantes, que los investigadores analizaron para ver los niveles de los marcadores de enfermedad cardiovascular.
Debido al clima único y las características geográficas de Provo, fueron capaces de evaluar estos marcadores sanguíneos con diversos niveles de contaminación del aire. Sin embargo, los investigadores observaron que el tercer año de estudio, en 2015, estuvo relativamente libre de contaminación, lo que podría haber afectado a los resultados.