MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un estudio publicado por la Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón, en el que ha participado Sanitas, ha demostrado, por primera vez en toda España, que la exposición a la contaminación del aire se asocia con un aumento en el número de infartos y en la mortalidad por esta causa durante el ingreso hospitalario.
En concreto, mantiene que la exposición a concentraciones superiores a 25 microgramos de partículas contaminantes por metro cúbico aumenta un 14 por ciento el riesgo de muerte entre las personas que han sido ingresadas en el hospital por un infarto.
Por ello, desde Sanitas señalan que la movilidad activa en las ciudades ofrece un doble beneficio, se trata de una forma sostenible de transporte que mejora la salud del entorno en el que vivimos, a la vez que es una forma de mejorar de manera directa la salud de las personas.
"Incorporar la actividad física en los desplazamientos cotidianos tiene un impacto directo en la reducción de factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión, la obesidad y la diabetes tipo 2. No hablamos únicamente de un medio de transporte, sino de una estrategia preventiva de salud pública que ayuda a disminuir la incidencia de enfermedades crónicas y a mejorar la calidad de vida de la población", ha dicho la doctora Sonia Gutiérrez, vicepresidenta de la Fundación de Investigación e Innovación de Sanitas y una de las autoras del estudio.
A esta evidencia se suma la advertencia de la Organización Mundial de la Salud, que identifica el sedentarismo como uno de los principales factores de riesgo de mortalidad prematura. Más allá de la prevención de enfermedades, introducir rutinas activas como caminar al trabajo o a la escuela, o desplazarse en bicicleta, aporta beneficios adicionales como reforzar el sistema inmunológico, optimizar la capacidad respiratoria, mejorar la calidad del sueño y contribuir a la reducción del estrés.
En este contexto, Sanitas resalta el informe 'Influencia del medioambiente urbano en la salud de las personas', elaborado por el Instituto BIOMA en el marco de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente de la Universidad de Navarra. El documento analiza cómo las formas de movilidad sostenible impactan en la salud de los ciudadanos en estos dos ámbitos, tanto directamente (sobre la salud personal) como indirectamente (sobre la salud del entorno).
Entre los estudios recopilados en el informe, se recoge información aportada por 'World Heart Federation', que cuantifica esa relación directa de la movilidad urbana sostenible y activa. Así, mantiene que caminar o utilizar la bicicleta en los desplazamientos cotidianos gracias al ejercicio moderado que supone podría reducir hasta un 11 por ciento las muertes vinculadas a enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de mortalidad en el mundo.
Desde Sanitas recalcan que los efectos positivos de la movilidad activa permiten transformar el entorno urbano, ya que reducir el uso del coche privado permite alcanzar beneficios como una menor contaminación del aire; reducción del ruido urbano, y disminución del tráfico y la congestión vial.
"Cuando hablamos de movilidad sostenible no nos referimos únicamente a un cambio en la forma de desplazarnos, sino a una transformación profunda de la ciudad", ha explicado Jesús Miguel Santamaría, director del Instituto BIOMA y de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente de la Universidad de Navarra.
"Caminar o utilizar la bicicleta favorece la salud de las personas, pero también impulsa ciudades más limpias, silenciosas y con espacios mejor aprovechados. Este tipo de medidas ayudan a reducir la huella ambiental, a mitigar los efectos del cambio climático y a crear entornos urbanos más habitables y equitativos para todos", ha finalizado.