MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de California en San Francisco han demostrado que es posible tratar la atrofia muscular espinal (AME) antes del nacimiento mediante la administración de fármacos a través del líquido amniótico.
Esta técnica, probada en ratones y ovejas, logró prevenir daños en las neuronas motoras y mejorar la supervivencia y movilidad en modelos animales, lo que abre la puerta a una terapia prenatal menos invasiva para enfermedades neurológicas graves detectables en el embarazo.
Un estudio dirigido por la Universidad de California en San Francisco (UCSF) en Estados Unidos ha revelado que administrar medicamentos para la atrofia muscular espinal (AME) a través del líquido amniótico era seguro y ayudaba a prevenir daños a las células nerviosas de la médula espinal, una parte del sistema nervioso central responsable del movimiento.
Se realizó un experimento en ratones con AME, una enfermedad neurodegenerativa que causa debilidad muscular, atrofia y muerte si no se trata. Otro experimento se realizó en ovejas sin la enfermedad para demostrar la seguridad del método. Los resultados se recogen en 'Science Translational Medicine'.
La terapia utilizó moléculas llamadas oligonucleótidos antisentido (OA), que pueden alterar la expresión génica mediante interacciones con el ARN, el cual crea proteínas. Actualmente, los OA se administran a bebés y niños con enfermedades que afectan el sistema nervioso, como la AME.
"Los niños con formas graves de AME pueden tener daños irreversibles al momento de nacer, y queríamos ver cómo podíamos tratarlos lo antes posible, de la manera menos invasiva", declara Tippi MacKenzie, cirujana fetal y pediátrica en los Hospitales Infantiles Benioff de la UCSF y autora principal del estudio.
Investigaciones previas han demostrado que la AME puede diagnosticarse antes del nacimiento y que la expresión de los genes implicados en el trastorno puede manipularse prenatalmente. Esta es la primera investigación sobre el tratamiento de la AME mediante líquido amniótico, un método menos invasivo que la otra vía posible, la vena umbilical.
Los investigadores descubrieron que los ratones tratados prenatalmente con ASO tuvieron mejores resultados en términos de supervivencia, función motora y número de neuronas motoras que los ratones tratados solo después del nacimiento o que no recibieron tratamiento. En ovejas, confirmaron la seguridad del tratamiento y su capacidad para alcanzar la médula espinal y otros órganos en concentraciones terapéuticas a través del líquido amniótico.
"Esto sugiere que podríamos usar el líquido amniótico para administrar moléculas de ARN terapéuticas para otras enfermedades graves de aparición temprana que afectan distintas áreas del cuerpo", recalca MacKenzie.
Este es el primer estudio que evalúa la seguridad de la administración prenatal de ASO terapéuticos en animales grandes, así como la distribución del medicamento en sus cuerpos tras la inyección. Estudios previos han analizado la inyección intraamniótica de ASO en ratones con síndromes de Angelman y Usher.
Para solicitar la aprobación de la FDA para un nuevo medicamento, los investigadores deben demostrar que la terapia corrige la enfermedad (como ocurrió con los ratones en este estudio) y que los ASO se distribuyeron por todo el cuerpo con niveles aceptables de toxicidad (como ocurrió con las ovejas)."Con estos resultados, estamos un paso más cerca de probar prenatalmente en humanos un tratamiento existente para aquellos diagnosticados con la enfermedad", subraya MacKenzie.
Si finalmente se aprueba, el procedimiento se realizaría durante el embarazo, de forma muy similar a la amniocentesis, en la que se recolecta líquido amniótico para detectar anomalías genéticas o cromosómicas, puntualiza el primer autor, el doctor Beltran Borges, investigador postdoctoral de la UCSF y aspirante a neurólogo pediátrico en el laboratorio de MacKenzie.
"Esto es una especie de amniocentesis inversa", comenta Borges. "Una vez trasladado a la clínica, podría ser un procedimiento ambulatorio".
Los investigadores se emocionaron al ver a través de fluorescencia que, cuando el medicamento se inyectaba en el líquido amniótico, los fetos lo tragaban y lo inhalaban, y luego lo distribuían a otras partes del cuerpo, incluidos los pulmones, los intestinos, el cerebro, la médula espinal e incluso los pelos de la nariz.
"Es notable que se pueda inyectar algo en el líquido amniótico y dejarlo reposar, y con el tiempo el feto lo ingiera o lo huela, y llegue al cerebro y a otras partes del cuerpo", finaliza Borges. "Es probable que también existan otras vías de entrada, como el torrente sanguíneo", afirma.