Confirman los beneficios de un programa de ejercicio diseñado para pacientes con cáncer avanzado

Archivo - Mujer con cáncer, deporte, ejercicio
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Publicado: viernes, 7 noviembre 2025 7:28

   MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

   El ejercicio aeróbico y de resistencia puede mejorar significativamente el rendimiento físico en pacientes con cáncer de mama metastásico, según nuevos resultados de expertos del Cáncer en el Centro Médico Universitario (UMC) de Utrecht y en el Instituto Oncológico de los Países Bajos (Países Bajos). Los hallazgos se presentan en la Octava Conferencia Internacional de Consenso sobre Cáncer de Mama Avanzado (ABC8), que se celebra en Lisboa (Portugal) del 6 al 8 de noviembre.

    Anne May, profesora de Epidemiología Clínica de la Supervivencia al Cáncer en el Centro Médico Universitario (UMC) de Utrecht es la encargada de presentar los datos del estudio PREFERABLE-EFFECT que demuestran que un programa de nueve meses de ejercicio supervisado mejoró la masa muscular y la fuerza muscular, particularmente en los brazos y las piernas, y el rendimiento físico en pacientes con cáncer de mama que se había extendido a otras partes del cuerpo (metástasisado).

   "Hasta ahora, la evidencia de que el ejercicio físico puede mejorar la masa y la fuerza muscular en pacientes con cáncer metastásico ha sido limitada, en parte porque a menudo se les excluía de los estudios", asegura la profesora May. "Los tratamientos para la enfermedad pueden afectar la calidad de vida de los pacientes, con efectos secundarios debilitantes como fatiga, náuseas y dolor. En combinación con la enfermedad subyacente, el tratamiento y la inactividad física, estos factores suelen provocar una disminución de la masa muscular esquelética, lo que afecta negativamente la composición corporal, la fuerza muscular y el rendimiento funcional".

   En pacientes que reciben quimioterapia para el cáncer de mama localizado o avanzado, la baja masa muscular se ha asociado con un aumento de la toxicidad relacionada con el tratamiento, reducciones de dosis más frecuentes, así como peores resultados del tratamiento y menor supervivencia. Además, la terapia hormonal se asocia con una baja masa muscular. "El ejercicio ha demostrado ser eficaz en pacientes con enfermedad no metastásica. El estudio PREFERABLE-EFFECT es el mayor estudio realizado hasta la fecha para investigar si el ejercicio físico es una opción viable y eficaz para pacientes con cáncer de mama avanzado."

   El estudio es un ensayo clínico internacional, aleatorizado y controlado que involucra centros de cinco países europeos (Alemania, Polonia, España, Suecia y los Países Bajos) y Australia. Se incluyeron 357 pacientes con cáncer de mama metastásico en estadio IV entre 2019 y 2022. La mayoría recibía tratamiento de primera o segunda línea y el 74% presentaba metástasis óseas.

   A la mitad de los pacientes se les ofreció la atención estándar y a la otra mitad un programa de ejercicio de nueve meses, consistente en entrenamiento aeróbico, de fuerza y ??de equilibrio, supervisado por un entrenador dos veces por semana durante seis meses. En los tres meses restantes, los pacientes del grupo de ejercicio sustituyeron una sesión supervisada semanal por una sesión no supervisada. Todos los participantes recibieron un monitor de actividad y la recomendación general de realizar actividad física durante 30 minutos o más al día.

   "Tras seis meses, observamos que el ejercicio mejoró significativamente el rendimiento físico, incluyendo el equilibrio y la fuerza muscular a los tres y seis meses", subraya May. "La masa magra corporal total, un indicador de la masa muscular, aumentó en el grupo de ejercicio, mientras que se observó una disminución en el grupo de control. En comparación con el grupo de control, la masa muscular fue, en promedio, 0,79 kg mayor a los tres meses, una diferencia estadísticamente significativa, y 0,32 kg mayor a los seis meses en el grupo de ejercicio".

   No se observaron diferencias significativas entre el grupo de ejercicio y el grupo de control en cuanto al porcentaje de grasa corporal total. Por otra parte, la masa muscular en brazos y piernas aumentó significativamente en el grupo de ejercicio supervisado. A los tres meses, el aumento fue de 0,6 kg en promedio y de 0,48 kg a los seis meses, en comparación con el grupo de control. El índice de masa muscular esquelética, equivalente al índice de masa corporal (IMC) para los músculos, también aumentó en un promedio de 0,22 kg/m* a los tres meses y de 0,18 kg/m* a los seis meses, en comparación con el grupo de control. Estas mediciones de la masa muscular en brazos y piernas son importantes, ya que estos músculos son responsables del movimiento y la capacidad de soportar peso; por lo tanto, su deterioro es un indicador importante de la pérdida de masa muscular esquelética, que puede derivar en fragilidad.

   En el grupo de control de pacientes, la masa muscular y el índice de masa muscular esquelética en brazos y piernas disminuyeron a los tres y seis meses. La profesora May asegura: "Es importante destacar que el equilibrio mejoró en el grupo de ejercicio. La baja masa y fuerza muscular se asocian con problemas de equilibrio, que pueden agravarse aún más por el daño nervioso inducido por la terapia en manos y pies, lo que aumenta el riesgo de caídas".

"Prevenir las caídas es particularmente importante en pacientes con metástasis óseas, ya que tienen mayor riesgo de fracturas. Una paciente, que tenía problemas de equilibrio, no podía subir ni bajar del autobús al inicio del estudio. Tras ser incluida en el grupo de ejercicio supervisado, ese problema se solucionó y ahora puede volver a usar el autobús. Esto significa que puede volver a visitar el centro de la ciudad y la biblioteca".

   "Los resultados de nuestro estudio son importantes, ya que la masa muscular magra está relacionada con una mejor tolerancia al tratamiento, un mejor pronóstico y una mejor salud general, y el aumento de la fuerza muscular se correlaciona con una mejor calidad de vida y un menor riesgo de mortalidad. Esto respalda la necesidad de integrar el ejercicio, y específicamente el ejercicio supervisado con un componente de entrenamiento de resistencia, como un componente estándar de la atención oncológica para pacientes con cáncer de mama metastásico", concluye.

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