La ciencia por fin explica por qué el tiempo pasa más rápido cuando somos adultos (y cómo frenarlo)

Archivo - Mujer intentando detener el tiempo.
Archivo - Mujer intentando detener el tiempo. - FCSCAFEINE/ISTOCK - Archivo
Infosalus
Publicado: domingo, 7 diciembre 2025 7:59

   MADRID, 7 Dic. (EDIZIONES) -

   ¿Recuerdas cómo de niños los veranos duraban una eternidad? La cronobiología revela que la falta de novedades, la pérdida de memoria reciente, y la monotonía hacen que nuestra percepción del tiempo se acelere con la edad. Pero la buena noticia es que podemos entrenar al cerebro para volver a "alargar" los días.

   Entrevistamos en Europa Press Salud Infosalus al profesor Juan Antonio Madrid, pionero en el desarrollo de la cronobiología en España, catedrático de Fisiología, y fundador del laboratorio de Cronobiología y Sueño de la Universidad de Murcia por su último libro, 'El sueño del Sapiens' (Plataforma Editorial), en el que precisamente explica este asunto.

   Nos explica que cuando somos adultos el tiempo pasa más rápido por varias razones concretamente. Habla del tiempo biológico, el que percibimos, "el que los griegos asociaban a un dios 'Kairós'", y de que éste cambia con la edad por varias razones.

   En primer lugar, señala este profesor que cuando somos niños todo es nuevo, y todo lo vivimos con emociones, con sorpresa y con novedad. Ahora bien, Juan Antonio Madrid mantiene que conforme crecemos y todo se ha repetido muchas veces, cada vez nos sorprenden menos las cosas, y esto nos causa un menor impacto, y por eso lo olvidamos con facilidad.

   Pero en este escenario dice que también juega la memoria un papel clave, según prosigue, sobre todo la más reciente, y que se va perdiendo con el paso del tiempo. "De adultos tenemos una memoria más detallada de la etapa de la infancia que de lo que sucedió semana anterior", añade este referente en Cronobiología.

   También subraya que la monotonía juega un papel crucial, y si algo siempre es igual no vas a recordarlo. "Pero si viajamos, incluso de mayores, a un lugar exótico, muy diferente al tuyo, te das cuenta que recuerdas muy bien, incluso de lo que comiste determinados días, de con quien estuviste y, en suma, la sensación del tiempo se expande. Hay que buscar lo novedoso en el día a día y mirar las cosas como si fuera la primera vez que la ves", aconseja el profesor Madrid.

CONSEJOS PARA DEJAR QUE EL TIEMPO NO PASE TAN RÁPIDO

   En concreto, y aparte de este consejo lanzado por este catedrático de la Universidad de Murcia, en el libro aporta las siguientes estrategias para ralentizar nuestra percepción del tiempo:

- Haz de cada día una historia: "Si al final del día puedes contar algo nuevo que te ha sorprendido entonces habrás logrado que el tiempo no pase en vano".

- Practica la atención plena: dedica más tiempo a las pequeñas cosas del día, como a saborear el café de la mañana sin prisas, o bien a escuchar los sonidos del entorno, a sentir la textura de los objetos; en definitiva, estar más presente en cada momento.

- Conéctate con la naturaleza: Observar el movimiento de las olas, por ejemplo, o el vuelo de un pájaro, así como el murmullo del agua ralentiza nuestro tiempo.

- Realizar actividades creativas: crear es una forma de habitar el instante y es bueno actividades como la pintura o la escritura, que te sumergen en el presente y expanden tu percepción del tiempo.

- Rompe la rutina: introducir en el día a día pequeñas novedades, como cambiar el camino del paseo, probar una comida distinta, o incluso aprender algo nuevo; dado que, como comentaba, la monotonía acelera la sensación del tiempo.

- Recuerda y revive: Es importante dedicar tiempo suficiente a rememorar momentos significativos, escribir recuerdos, o revisar fotos porque "la memoria nos permite extender el tiempo vivido".

LA EXPERIENCIA DE DORMIR AL AIRE LIBRE

   Precisamente, sobre uno de estos últimos consejos para ralentizar nuestro reloj diario ahondamos con este experto en cronobiología durante nuestra entrevista y es que en el libro defiende la necesidad de, por lo menos, una vez en la vida de 'glamping' o dormir al aire libre, en plena naturaleza.

   "Para mi dormir al aire libre es una experiencia que no podemos perder. Durante cientos de miles de años, cuando vivíamos en la zona tropical y ecuatorial dormíamos al aire libre. Tenemos una relación con la naturaleza, con las estrellas, con la oscuridad que la hemos perdido actualmente", tal y como lamenta Juan Antonio Madrid.

   Eso sí, como en el fondo seguimos con los genes de nuestros ancestros, que han sido modelados por ese nuevo ambiente, sostiene que seguimos echando de menos estas experiencias: "En una sociedad tan desarrollada tecnológicamente seguimos teniendo un diseño biológico de sapiens de hace 100.000 años, donde no podemos cortar con la naturaleza, porque si no nos sentiremos mal. Por eso todas experiencias de antes, cuando se dormía sin luz, o el dormir bajo las estrellas, nos dejarán una huella que nadie va a olvidar".

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