MADRID, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
La extracción venosa sin intervención reduce significativamente el riesgo de fracaso del injerto hasta tres años después de una cirugía de bypass coronario, en comparación con los injertos venosos extraídos convencionalmente, según un estudio de la Academia China de Ciencias Médicas y Facultad de Medicina de la Unión de Pekín (China) publicado por 'The BMJ'.
Esta técnica también se traduce en importantes beneficios clínicos para los pacientes, como una menor tasa de infartos y la necesidad de nuevas revascularizaciones (un procedimiento para restablecer el flujo sanguíneo a las venas obstruidas), según los investigadores.
Un injerto de derivación de la arteria coronaria (CABG) es un procedimiento quirúrgico que se utiliza para mejorar el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno al corazón en pacientes con enfermedad coronaria. Consiste en injertar un vaso sanguíneo sano de otra parte del cuerpo (generalmente la vena safena de la parte inferior de la pierna) a la arteria coronaria.
La técnica convencional de recolección de venas, que elimina el tejido circundante de la vena antes del injerto, está relacionada con altas tasas de oclusión del injerto (donde la vena se bloquea o se estrecha, lo que impide el flujo sanguíneo). Sin embargo, la técnica sin contacto extrae la vena con un colchón de tejido circundante y mostró tasas de oclusión significativamente más bajas a los 3 y 12 meses después de la cirugía en el ensayo PATENCY. Sin embargo, los efectos a largo plazo de esta técnica aún son inciertos.
Para abordar esta brecha de evidencia, los investigadores llevaron a cabo un seguimiento de tres años del ensayo PATENCY para evaluar los resultados a largo plazo de la técnica de recolección de venas sin contacto en comparación con el enfoque convencional.
Sus hallazgos se basan en 2.655 pacientes (edad promedio 61 años; 22% mujeres) sometidos a CABG en siete centros de cirugía cardíaca en China y que fueron asignados aleatoriamente para recibir extracción de vena sin contacto (1.337) o la técnica convencional (1.318).
A los tres años, el grupo sin contacto mostró una tasa de oclusión del injerto venoso significativamente menor que el grupo convencional (5,7% frente a 9%). Varios otros resultados, incluidas las tasas de ataque cardíaco no fatal, revascularización repetida, angina recurrente y reingreso hospitalario por razones cardíacas, también se redujeron significativamente en el grupo sin contacto (1,2% vs. 2,7%, 1,1% vs. 2,2%, 6,2% vs. 8,4% y 7,1% vs. 10,2% respectivamente), lo que refuerza los posibles beneficios clínicos de la técnica sin contacto.
SIN DIFERENCIAS EN LAS CUASAS DE LA MUERTE
No hubo diferencias significativas en la causa de muerte o en eventos adversos cardíacos y cerebrovasculares mayores. Los investigadores reconocen varias limitaciones y señalan que es posible que estos hallazgos reflejen una variación aleatoria en lugar de un verdadero efecto biológico.
El estudio también se centró en personas relativamente jóvenes en China, por lo que los hallazgos podrían no ser aplicables a otras nacionalidades y grupos de edad. Sin embargo, señalan que los resultados fueron consistentes después de análisis adicionales y sugieren que tienen implicaciones importantes para la práctica clínica y el desarrollo de directrices.
"Este estudio proporciona evidencia sólida que respalda el uso de la técnica sin contacto para reducir el riesgo de oclusión del injerto venoso, un factor crucial para el éxito a largo plazo de la cirugía de bypass coronario. La disminución de las tasas de oclusión del injerto venoso observada en el grupo sin contacto se traduce en beneficios clínicos significativos, como lo demuestra la menor incidencia de infarto de miocardio no mortal y revascularización repetida", concluyen.