MADRID, 30 Jul. (EDIZIONES) -
A la soja se la ha rebautizado como la 'carne vegetal', debido a su alto valor nutritivo. Pertenece a la familia de las papilionáceas, dentro de las leguminosas, junto al garbanco o las lentejas. Según recuerda la Fundación Española de Nutrición (FEN) se cultivó por primera vez en China hace unos 2.800 años antes de Cristo.
Así, señala que, en la actualidad, la soja se consume bajo multitud de formas, ya sea en alimentos panificados como las harinas o las pastas, en quesos como el tofú, o en aceites, brotes y salsas. "La soja es asimismo un ingrediente indispensable en numerosas preparaciones como en los yogures, salchichas, hamburguesas, patés, galletas entre otros muchos. Aunque sigue siendo en ensalada la forma más habitual de consumirla", añade.
Desde la Fundación Alimentación Saludable agregan que se puede encontrar soja fresca entre los meses de septiembre y de octubre, aunque lo más habitual en España es encontrarla en forma de brotes de soja envasados en conserva o formando parte de productos como la leche de soja.
En cuanto a sus propiedades nutricionales, la FEN resalta que la soja es rica en lípidos, fibra, proteínas, minerales, glúcidos y fitoestrógenos, así como en calcio, zinc o hierro, entre otros. "Además de sus cualidades nutritivas es muy beneficiosa para nuestra salud, ya que, alivia los problemas asociados con la menopausia, es saludable para el corazón y para algunos cánceres como el de mama, colon o próstata", celebra.
¿EN QUÉ MÁS PUEDE AYUDARNOS?
Mientras, desde la Fundación Alimentación Saludable enumeran en qué puede ayudarnos la soja:
*A la mujer, debido a su contenido en isoflavonas, el consumo habitual de soja favorece el equilibrio hormonal de la mujer:
-Regulación del ciclo menstrual: favorece la regulación del ciclo menstrual de las mujeres premenopáusicas;
-Disminución de los síntomas menopaúsicos: el consumo habitual o sus derivados alivia muy eficazmente los síntomas derivados de la menopausia. Éste efecto beneficioso de la soja se ha visto especialmente en aquellas mujeres que han consumido cantidades moderadas de soja durante toda su vida;
- Disminución del riesgo de cáncer de mama, ya que ciertas investigaciones realizadas muestran un efecto protector de la soja frente al desarrollo de cáncer de mama. Pero al igual que en el caso anterior para obtener unos resultados óptimos el consumo de soja debe ser continuado.
*En el hombre: Disminución del riesgo de cáncer de próstata, ya que como ocurre en el caso de la mujer y el cáncer de mama, el consumo habitual y continuado de soja constituye un facto protector frete al desarrollo de cáncer de próstata en hombres.
*En ambos sexos:
-Hipercolesterolemia, ya que según diversos estudios el consumo habitual y continuado de soja y derivados produce una disminución marcada de los niveles plasmáticos de colesterol; arteriosclerosis, el consumo de soja se relaciona con una menor incidencia.
-Trombosis, ya que cierta sustancia presente en la soja llamada 'genisteína' parece tener efecto inhibidor en la formación de trombos en las paredes arteriales, por lo tanto el consumo habitual de soja sería un factor protector frente al desarrollo de infarto de miocardio, de infarto cerebral, o de trombosis, por ejemplo.
- Osteoporosis, las proteínas de soja reducen la eliminación urinaria del calcio y aumentan la mineralización y densidad ósea; anticancerígeno, según diversos estudios realizados, el consumo habitual de soja es un factor protector frente al desarrollo de cáncer de mama, colon, recto, estómago, próstata y pulmón.
Por otro lado, desde la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) resaltan que el Organismo estadounidense para el Control de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA por sus siglas en inglés), basándose en comprobaciones científicas extraídas de más de 50 estudios independientes, ha decidido permitir a los productores de alimentos que contengan un mínimo de 6,25 gramos de proteína de soja por ración, inscribir en el envoltorio del comestible o de la bebida en cuestión la indicación: '25 gramos de proteína de soja al día, incluidas en una dieta baja en grasas saturadas y colesterol, pueden reducir el riesgo de sufrir trastornos cardiacos'.
Así, señalan que en personas con un alto índice de colesterol, al reemplazar todas o una parte de las proteínas animales de su dieta por proteínas de soja, tanto el índice total de colesterol como el de colesterol malo o LDL se reducen considerablemente.
Eso sí, la SENC reconoce que todavía no se sabe con certeza cuál es el mecanismo por el que la proteína de soja produce tales efectos, aunque los investigadores han formulado varias hipótesis. Entre éstas, dice que se encontraría la que explica que las isoflavonas de esta leguminosa actúan como antioxidantes, o favoreciendo la vasodilatación, y reduciendo de este modo los daños producidos por este tipo de colesterol y los depósitos que deja en las paredes arteriales.
"Sea cual sea la explicación correcta, en lo que respecta a las isoflavonas, la acción protectora que potencialmente ejercen no se limita al corazón. Se considera que tanto las isoflavonas, calificadas por algunos expertos de arma secreta de la soja, como los lignanos de esta planta están estructuralmente emparentados con los estrógenos (hormonas humanas)", añade.
Es más, subraya que, durante el período fértil de la mujer, uno de los factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama u otros tipos de cáncer de ovario o de endometrio, de origen hormonal, es la sobreexposición a los estrógenos humanos. "Estas hormonas, capaces de adherirse a los denominados receptores beta del estrógeno que se encuentran en las células mamarias, las del ovario y las del endometrio, si son numerosas, pueden provocar la división y posterior reproducción celular descontrolada (el proceso de formación del cáncer)", agrega.
A su juicio, lo más sorprendente de los estrógenos vegetales que aparecen en la soja es que la similitud de su forma y su estructura con los estrógenos humanos significa que pueden acoplarse a los receptores beta del estrógeno, pero, al ser más endebles que el estrógeno humano, son susceptibles de reducir el riesgo de que se inicie el proceso de división celular, controlando así la reproducción de las células cancerígenas.
A su vez, destaca que las propiedades beneficiosas de la soja no acaban ahí y parece ser que en las mujeres premenopáusicas, los estrógenos vegetales de esta planta atenúan los efectos del estrógeno humano.
"A las mujeres posmenopáusicas cualquier efecto del estrógeno vegetal, por leve que sea, les ayudará a reducir los efectos de la menopausia, ya sea a corto o largo plazo. Varios estudios han revelado que, administrando 40 gramos adicionales de proteína de soja al día, se incrementa el aporte mineral a ciertas vértebras de la columna, además de reducirse la intensidad de síntomas menopáusicos, tales como los sofocos", agrega.
Igualmente, recuerda que en países como Japón, donde el promedio de estrógenos vegetales ingeridos oscila entre los 20 y los 50 miligramos diarios, el riesgo de padecer cáncer de mama es entre cinco y ocho veces menor que en Europa occidental, donde la media es de 1 miligramo diario.
"Parece ser que incrementando la ingesta diaria de soja, no sólo se puede reducir el riesgo de padecer trastornos cardiacos, sino que además se podría contribuir a fortalecer la salud de mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas. Sin duda alguna, cada vez se encontrarán en los supermercados más productos a base de soja en los que se resalten las propiedades beneficiosas de este componente", concluye la SENC.