Un vaso de zumo aporta un 65% de la vitamina C diaria recomendada durante el embarazo

Embarazo
FREEPIK
Actualizado: miércoles, 5 abril 2017 11:56

   MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El zumo de naranja es una fuente natural de ácido fólico que, en combinación con las vitaminas B-12 y C, hace posible que el cuerpo digiera mejor las proteínas y pueda generar otras nuevas y, por ello, asume un papel importante durante el embarazo, una de las etapas de la vida de la mujer más exigente a nivel físico, tanto es así que un vaso de zumo de naranja aporta un 65 por ciento de la vitamina C diaria recomendada durante esta etapa, según las autoridades sanitarias.

   Así, el sistema interno se mantiene adecuadamente suministrado con proteínas cuando bebemos zumo de naranja con regularidad y esta cantidad, complementada con ácido fólico procedente de otras fuentes, es altamente beneficioso para el embarazo.

   "Entre las propiedades nutricionales de los zumos destaca el aporte de una gran variedad de oligoelementos que son fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo de la madre y, por tanto, del desarrollo del feto", ha explicado la doctora por la Universidad de Barcelona en Salud Pública Nutricional, Anna Bach.

   "Con el aporte de vitaminas como la A y la C, y de ácido fólico, calcio o magnesio, el sistema inmunológico de la madre se ve reforzado, lo que evita que pueda padecer problemas de salud que afecten al embarazo", ha añadido.

   El consumo diario de frutas y verduras es una de las herramientas clave para mantener una dieta equilibrada en la que no pueden faltar tampoco alimentos como frutos secos, legumbres, carnes y pescado, para incluir un adecuado aporte proteico. La ingesta de zumo de fruta es una ayuda para que la futura madre alcance los niveles diarios recomendados.

   Por ello, entre las recomendaciones de los expertos durante el embarazo se encuentran que el aporte de algunos nutrientes, como el ácido fólico, se vea incrementado en los meses previos a la concepción, ya que esto ayuda a evitar problemas como las malformaciones en el tubo neural del feto. Además del incremento del consumo de hierro, para evitar complicaciones como la anemia; o el incremento del consumo de alimentos con alto contenido en vitamina C, para la correcta absorción diaria de hierro.