MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores del Brigham and Women's Hospital (Estados Unidos) ha concluido que tomar zumo de granada durante el embarazo podría ayudar a proteger el cerebro de los recién nacidos con restricción del crecimiento intrauterino (IUGR), así como mejorar su desarrollo y prevenir los efectos de la lesión cerebral.
Cuando se da esta patología el feto presenta una medida pequeña en el útero en comparación con la que debería ser por su edad gestacional. Esto puede deberse a problemas con la placenta, que dificulta el flujo de nutrientes, oxígeno o sangre, lo que afecta al cerebro del bebé.
Para el desarrollo del estudio, publicado en 'PLOS One', el equipo ha realizado un ensayo clínico aleatorizado, controlado y doble ciego en madres embarazadas con bebés diagnosticados con IUGR. En total la muestra ha estado formada por 78 madres cuyos fetos fueron diagnosticados con esta patología entre las 24 y 43 semanas de gestación.
Los hallazgos han puesto de relieve que los niños nacidos de las gestantes que consumían zumo de granada diariamente durante el embarazo presentaban un mejor desarrollo y conectividad cerebral. Esto puede deberse a la elevada presencia de polifenoles, una serie de antioxidantes que se encuentran en alimentos como el vino o el té. Así, los investigadores han destacado que estas sustancias "cruzan la barrera hematoencefálica y tienen efectos protectores contra las enfermedades neurodegenerativas".
En este contexto, las mujeres recibieron 8 unidades de zumo de granada diariamente y un placebo de sabor libre de polifenoles de forma aleatoria hasta el momento del parto. Además, se evaluaron varios aspectos del desarrollo cerebral, como la macroestructura cerebral infantil, la organización microestructural o la conectividad funcional. De esta forma, pudieron observar modificaciones en la microestructura de la materia blanca y la conectividad funcional.
No obstante, Terrie Inder, presidenta del Departamento de Medicina Pediátrica para Recién Nacidos en el Brigham y autora del estudio, ha explicado que estos beneficios no repercuten en el crecimiento cerebral o del propio bebé, si no que mejoran su desarrollo y conectividad.
Por otra parte, ha concluido que estos hallazgos suponen los posibles efectos neuroprotectores de los polifenoles en los recién nacidos con riesgo y ha puesto de relieve la "necesidad" de desarrollar un ensayo clínico más grande para continuar con esta investigación.