¿Por qué es tan importante que los abuelos se impliquen en una nutrición saludable de los niños?

Archivo - Abuelo y nieto comiendo.
Archivo - Abuelo y nieto comiendo. - SKYNESHER/ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 4 mayo 2021 8:18

   MADRID, 4 May. (EDIZIONES) -

   Si eres madre o padre seguro que más de una vez has oído a los abuelos o a los suegros el decir que 'los padres están para criar a los hijos y los abuelos para malcriar', con todo lo que esto puede implicar a varios niveles.

   Aunque en esta pandemia estamos alejados de los abuelos, por regla general son pieza fundamental para la conciliación de los padres, y pasan muchísimo tiempo con sus nietos. Los recogen del cole, les cuidan mientras los padres salen de trabajar, y entre otras funciones, muchas veces les dan la comida o la merienda.

   Con ánimo de complacer a sus nietos y verles felices, muchas veces los abuelos tienden a ofrecerles opciones no muy saludables de comida, con todo lo que esto puede conllevar en el largo plazo a nivel nutricional, más si no es algo puntual, sino que se repite casi a diario.

   Según advierte Melisa Gómez, dietista-nutricionista, especialista en nutrición clínica en pediatría y asesora de lactancia, la evidencia científica "es dura" y constata que aquellos menores que pasan más tiempo con sus abuelos suelen registrar mayores cifras de sobrepeso y de obesidad.

   A su juicio, no es, ni será lo mismo, un helado o un bizcocho un sábado al mes con los abuelos que cada tarde, y es que la frecuencia con la que comparten comidas tiene un papel crucial y debe relacionarse directamente con la calidad de las mismas.

   "Si en casa, por ejemplo, se esfuerzan por diseñar un menú adecuado, por promover el consumo de fruta y de verdura, y limitar el de bebidas azucaradas, un zumo de frutas a la semana seguramente no lo pondrá en riesgo, pero un zumo diario bastará para que prefieran tomar zumos a comer fruta entera y rechacen las frutas en casa. Esto hará difícil para los padres el mantenimiento de los buenos hábitos, y le hará sentir que el esfuerzo por crearlos ha sido en vano", mantiene.

   Gómez, que se dedica desde hace 10 años al tratamiento dietético nutricional, tanto de niños sanos como de niños con sobrepeso u obesidad, alergias e intolerancias o diabetes, precisamente acaba de publicar 'Leche con galletas' (Vergara), junto al chef Juan Llorca, un manual en el que trata esta problemática, y con el que pretenden aunar esfuerzos para reconducir esa vinculación de los abuelos-nietos con la comida, donde también aportan una serie de recetas que pueden ser de ayuda.

   Así, la también miembro del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana (CoDiNuCoVa), de Dietética Sin Patrocinadores y de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición, incide en este punto que "hablar las cosas" puede resolver muchos de los problemas, ya que los abuelos pasan muchísimas horas con los nietos y no sólo les ofrecen las comidas, sino que también les enseñan hábitos.

   "Hay estudios que destacan el importante rol de los abuelos, como el de profesores o cuidadores, en la nutrición infantil y además desde la lactancia materna, tanto para bien como de apoyo para los padres, a la hora de lograr superar cualquier bache y por ejemplo salvar lactancias. Pero también como para mal. Por ejemplo, a la hora de decir que el niño con la teta se queda con hambre, que le des un biberón de fórmula porque su leche es agua (que no es cierto). La lactancia materna puede ayudar a prevenir muchos problemas como la obesidad, y ya desde aquí se nota el peso que pueden tener los abuelos, por ejemplo, y conforme el niño crece después esto se afianza", mantiene la dietista-nutricionista.

PREVENIR ENFERMEDADES CRÓNICAS NO TRANSMISIBLES

   Según insiste, los abuelos pueden cumplir un papel positivo y promover buenos hábitos, como ser un obstáculo para los mismos. Aquí Gómez recalca que cuidar una buena alimentación desde que nacen es vital porque se pueden prevenir enfermedades crónicas no transmisibles, y que hoy en día son las responsables de gran parte de las muertes a nivel mundial.

   Recuerda en este punto la estrategia de la OMS que recoge que si tan solo lográsemos que los niños crecieran comiendo 5 raciones de fruta y verdura al día, 1.700 millones de vidas al año se evitarían. "Una alimentación equilibrada se relaciona con una menor incidencia de cáncer, de diabetes, o de problemas coronarios que se pueden prevenir. Si en la merienda se da un bocadillo o bollería y no se prioriza la verdura o la fruta no se comprende que ésta es la clave de nuestra salud futura", añade.

   Por otro lado, la creadora de Nutrikids llama la atención sobre el comer emocional y por qué los abuelos suelen ser los grandes promotores: "Los abuelos muchas veces tratan de usar los alimentos para modular una respuesta emocional. Saben que si les dan este alimento, sus nietos van a estar súper contentos y le van a ver súper felices. Tampoco se debe recurrir a la comida como la salida para sentirse mejor o para estar tranquilos o algo así, hay que cuidarlo y muchas veces no somos conscientes del peso de las palabras".

   En cuanto al escabroso tema de las chuches como recompensa, la experta en nutrición infantil recuerda que se trata de productos que no aportan nada nutricionalmente y el problema con su uso se encuentra en la frecuencia. En este punto engloba no solo a las gominolas, sino también a la bollería, a los yogures tipo petit suisse, por decir algunos ejemplos, ya que son productos "similares a las chuches y que se disfrazan muchas veces bajo la etiqueta de alimentos saludables".

   La OMS señala que, para que una alimentación sea saludable, no se debe superar el 5% del consumo de azúcares libres al día, cuando muchas veces con la ingesta de solo uno de estos productos se supera. "Esta oferta de productos a diario que no aportan nada predisponen a ese niño en desventaja y a desarrollar en el futuro enfermedades que nadie quiere que padezca en el futuro, creciendo con este paladar adulterado que va a querer replicar", recalca la miembro de CoDiNuCoVa.

   Sí que podemos consentir a los niños, y otras alternativas a las chucherías, por ejemplo, cree Melisa Gómez que podrían ser las pegatinas, o simplemente el hecho de pasar más tiempo con ellos y preparar una receta juntos, por ejemplo; dejando las chuches o ese tipo de alimentación para algo puntual.