MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El síndrome del intestino irritable (SII) afecta a millones de personas en todo el mundo, causando dolor abdominal, inflamación y cambios en la digestión que impactan la vida diaria. Un nuevo estudio del Reino Unido analiza cómo distintos patrones dietéticos pueden influir en estos síntomas, abriendo la puerta a enfoques alimenticios más efectivos para controlar esta condición crónica.
Caracterizado por dolor abdominal, hinchazón y hábitos intestinales anormales, se cree que el SII afecta hasta a 1 de cada 10 personas en todo el mundo. No se comprende completamente qué causa exactamente el SII, pero el funcionamiento desordenado del eje intestino-cerebro tiene un papel clave en los síntomas.
LA DIETA MEDITERRANEA NO ES SUPERIOR NI INFERIOR
Un ensayo clínico aleatorizado de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) ha evaluado si la dieta mediterránea no es inferior a las recomendaciones dietéticas tradicionales para el manejo de los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII).
El ensayo concluyó que la dieta mediterránea no es inferior y sí superior a las recomendaciones dietéticas tradicionales para el manejo de los síntomas del SII, lo que sugiere que podría considerarse una intervención dietética viable de primera línea para el SII. El estudio se publica en 'Annals of Internal Medicine'.
Los investigadores de la Universidad de Sheffield estudiaron datos de 110 adultos de 18 a 65 años con SII en todo el Reino Unido. La participación en el ensayo fue selectiva, con criterios de exclusión que incluían antecedentes de trastornos alimentarios, enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad celíaca. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a seguir una dieta mediterránea o una dieta tradicional durante 6 semanas, con asesoramiento dietético tradicional siguiendo las directrices de la Asociación Dietética Británica.
El criterio de valoración principal fue la proporción de participantes que lograron una respuesta clínica, definida como una reducción de 50 puntos o más en la Escala de Gravedad de los Síntomas del SII (IBS-SSS). Los criterios de valoración secundarios incluyeron cambios en las puntuaciones del IBS-SSS, la calidad de vida y el Evaluador de Adherencia a la Dieta Mediterránea (MEDAS).
En la semana 6, se logró una reducción de 50 puntos o más en la puntuación del IB-SSS en el 62% (IC del 95%, 50% a 73%) asignados a una dieta mediterránea frente al 42% (IC del 31% a 55%) de los participantes asignados a la dieta tradicional.
En la semana 6, también se observó una mayor reducción de la media del SII-SSS tras una dieta mediterránea que tras una dieta tradicional. La frecuencia del dolor abdominal mejoró de forma estadísticamente significativa entre los participantes con una dieta mediterránea en comparación con la dieta tradicional.