MADRID, 4 Nov. (EDIZIONES) - 
    El mito de que los productos desnatados son siempre la opción más saludable se tambalea. Especialistas en nutrición advierten que, salvo en casos médicos muy concretos, los lácteos enteros aportan más beneficios: saciedad, vitaminas liposolubles y mejor metabolismo. En cambio, muchos desnatados y "light" esconden azúcares y aditivos que los hacen menos recomendables de lo que pensamos.
   En opinión de la miembro del grupo de trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) la doctora Montse Prados Pérez, los productos desnatados pueden tener utilidad en situaciones clínicas concretas.
   "Pueden ser útiles en pacientes con hipercolesterolemia familiar, o en aquellos que deben seguir dietas estrictamente hipocalóricas, o muy bajas en grasa por prescripción médica. En la población general, no hay evidencia sólida de que los lácteos desnatados sean más saludables que los enteros. De hecho, la grasa láctea contiene ácidos grasos bioactivos que pueden tener efectos beneficiosos sobre la saciedad y el metabolismo", destaca esta especialista en Endocrinología y doctora en Medicina (UAB).
CUÁNDO SE DESACONSEJAN LOS DESNATADOS
   Es más, mantiene que, en niños, en adolescentes, y en personas mayores estarían desaconsejados los productos desnatados ya que en estas etapas la grasa láctea aporta energía, vitaminas liposolubles, y componentes esenciales para el desarrollo neurológico y hormonal.
   "Aunque, en general, es recomendable tomar la formulación entera por las grasas saludables que aportan excepto en situaciones especiales comentadas arriba. También se desaconsejan en personas con tendencia al hambre emocional o ingesta compensatoria, pues los productos desnatados suelen ser menos saciantes y pueden favorecer un mayor consumo calórico posterior", alerta la especialista del Hospital de Martorell y autora -entre otros libros-- de 'La Medicina eres tú' (Última línea).
   Tal y como explica, que un producto sea desnatado significa que se le ha eliminado total o parcialmente la grasa original: "Este proceso modifica su textura, su sabor, y su perfil nutricional. En muchos casos, para mejorar la palatabilidad, se añaden azúcares, almidones o edulcorantes, lo que puede reducir la calidad nutricional del producto final".
¿EXTENDEMOS ESTA RECOMENDACIÓN A LOS PRODUCTOS "LIGHT"?
   Con ello, le preguntamos a esta miembro de la SEEDO y de la SEEN si conviene extender esta recomendación a los productos light, indicado que "no necesariamente", y dado que la denominación 'light' sólo indica una reducción del 30% en calorías o en un componente concreto respecto al producto original, pero no garantiza que sea saludable.
   "Muchos productos 'light' contienen más aditivos o sustitutos del azúcar que pueden alterar la microbiota intestinal, y los mecanismos de regulación del apetito. Además, aunque se reduzcan las calorías un 30% pueden seguir siendo muy calóricos, como el caso de las mahonesas, que no son saludables", agrega.
   El problema, a juicio de la doctora Prados, es que cuando en un producto vemos 'light' o 'desnatado' tendemos a pensar que es saludable, y "en ocasiones puede ser que lo sea algo más", si bien afirma que, con frecuencia, son iguales o incluso tienen menos valor nutricional, como el caso de elegir un yogur natural desnatado en lugar de uno entero.
   "Por tanto, la recomendación general sigue siendo priorizar alimentos frescos y mínimamente procesados, frente a productos industriales, independientemente de si llevan la etiqueta 'light' o 'desnatado'", concluye esta experta en nutrición y obesidad.