Efectivos de la UME en la zona en cuarentena por la Peste Porcina Africana en Torrefarrussa. - Lorena Sopêna - Europa Press
MADRID 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Seguridad y Calidad Alimentarias (SESAL) ha explicado que la peste porcina africana (PPA) detectada en jabalíes silvestres en Cataluña no afecta "en absoluto" a la salud humana; no obstante, ha advertido de que su elevada capacidad de contagio y su impacto económico y comercial "exigen una respuesta rápida, coordinada y basada en la bioseguridad".
Según ha detallado la Sociedad, la PPA es una enfermedad contagiosa con facilidad de propagación, de declaración obligatoria (Ley 8/2003 de Sanidad Animal), que puede transmitirse no solo por contacto directo entre animales, sino también mediante objetos contaminados, incluyendo calzado, ropa, vehículos, utensilios e incluso papel de envolver alimentos.
"Este carácter convierte la gestión del brote en un reto complejo, especialmente cuando el virus afecta a la fauna silvestre, principal reservorio, capaz de desplazarse hasta entornos periurbanos o urbanos", subraya.
Actualmente, los casos detectados se han limitado a poblaciones de jabalí, y no existen evidencias oficiales de infección en explotaciones porcinas comerciales. No obstante, las granjas situadas en el área de influencia del brote han quedado sometidas a estrictas medidas de vigilancia, control y restricciones de movimiento, de acuerdo con los protocolos de sanidad animal. Algunas de estas explotaciones permanecerán temporalmente confinadas como medida preventiva, aunque no se ha decretado sacrificio generalizado en granjas.
La Sociedad afirma que la implantación de estas restricciones tiene un impacto directo en la disponibilidad de materia prima, ya que cualquier limitación al movimiento de animales genera tensiones en la cadena de suministro. "Aunque la producción no se ha visto afectada en términos de sacrificios obligatorios, sí se observan dificultades logísticas, necesidad de reforzar la trazabilidad y un aumento potencial de los costes operativos para garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias", señala SESAL.
A nivel comercial, la detección de PPA activa automáticamente los mecanismos de protección internacionales. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE/WOAH) actualiza el estatus sanitario del territorio afectado, "lo que puede traducirse en restricciones de exportación a mercados muy exigentes como China, Japón o Corea del Sur", añaden desde la Sociedad.
Según SESAL, algunos países ya han anunciado temporalmente que interrumpen la entrada de productos porcinos procedentes de zonas afectadas hasta que se confirme la contención del brote. "Esta situación genera incertidumbre en el sector exportador, uno de los pilares de la industria cárnica española", avisan.
En cuanto a la seguridad alimentaria, SESAL subraya que es importante recordar y trasladar a la ciudadanía que la PPA solo afecta a suinos y por tanto "no representa ningún riesgo para las personas y mascotas habituales". "Los productos cárnicos siguen siendo completamente seguros y se pueden consumir sin riesgo para la salud del consumidor. Además, los procesos habituales de cocción, pasteurización o esterilización -como 70 ºC durante 30 minutos y también 80 ºC durante pocos segundos- son capaces de inactivar el virus por completo", explican.
ZONAS RESTRINGIDAS DE ACCESO
La presencia del virus en jabalíes ha activado también un mensaje claro dirigido a la ciudadanía. Las autoridades han delimitado zonas restringidas de acceso para evitar la diseminación involuntaria del virus. Sin embargo, durante los últimos días se ha detectado la presencia de visitantes en áreas como Collserola y otros bosques cercanos de la zona afectada, pese a las advertencias explícitas.
"Este comportamiento puede favorecer la propagación del virus a nuevas áreas, ya que basta con transitar por una zona infectada para transportar partículas virales en la ropa o el calzado. Por ello, es fundamental seguir estrictamente las indicaciones que marcan las Administraciones autonómicas, estatal y europea y no acceder a áreas acotadas", apunta la Sociedad.
Por último, defiende que la industria cárnica y los fabricantes de derivados porcinos deben reforzar su trazabilidad, garantizar el control de proveedores, mantener protocolos estrictos de bioseguridad y comunicar de forma transparente la situación a consumidores y clientes. "La colaboración entre autoridades, sector productivo y ciudadanía será esencial para frenar la expansión del virus, minimizar su impacto económico y recuperar cuanto antes la plena normalidad comercial", finaliza.