GRANADA 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Granada (UGR) ha comparado la presencia de parásitos en peces enteros y en otros ya eviscerados descubriendo que en estos últimos, al haberse extraído el tubo digestivo a bordo del barco, inmediatamente después e su captura, puede haber menos riesgo de anisakiasis en el consumidor.
Para la investigación, se han adquirido en pescaderías de Granada fanecas (Trisopterus luscus) procedentes del Golfo de Vizcaya, según ha detallado la UGR en una nota de prensa este miércoles.
En los peces enteros se detectan dos tipos de parásitos visibles a simple vista: Anisakis e Hysterothylacium. El único que afecta a las personas es el primero de ellos, pero la presencia de helmintos, como los comentados, hace que el pescado sea rechazado por el consumidor.
Este trabajo de la UGR muestra que la eliminación del digestivo del pescado en el barco reduce más de un 40 por ciento la abundancia de Anisakis y elimina totalmente el Hysterothylacium.
Los resultados señalan que eliminar el tracto digestivo de los pescados a bordo del barco justo tras la captura, al menos en el caso de la faneca, disminuye el peligro de adquirir una anisakiasis, la infección provocada por el Anisakis.
"Al mismo tiempo, la eliminación completa del Hysterothylacium mejora el aspecto del pescado, haciéndolo más apetecible y aumentando su valor comercial, además de reducir el riesgo de decomiso por parte de las autoridades sanitarias", ha explicado el profesor de la UGR Manuel Morales Yuste, perteneciente al Departamento de Parasitología.
Los investigadores destacan la importancia de seguir estudiando estas prácticas de evisceración a bordo para optimizar su eficacia, con el objetivo de minimizar, e incluso eliminar, la presencia de nematodos en peces comerciales, reforzando así la seguridad alimentaria y, consecuentemente, la salud de los consumidores.
En cualquier caso, los autores del trabajo científico insisten en la necesidad de que los consumidores sigan las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, así como de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). Ambas advierten que no hay que consumir pescado que no haya sido previamente sometido a un proceso térmico.
"Es decir, el pescado (para consumir crudo o no) solo es seguro si ha sido congelado a -20 °C, hasta el centro de la pieza, más de 24 horas (se recomienda una semana en congeladores de, al menos, tres o cuatro estrellas) o alternativamente si ha sido cocinado a una temperatura mínima de 60 °C, en toda su masa, por más de un minuto", ha especificado el catedrático Francisco Javier Adroher.
Este estudio se alinea con las recomendaciones del panel de expertos de la EFSA para la evaluación del riesgo y el control de la anisakiasis. Los resultados de la investigación han sido publicados en acceso abierto en la revista científica internacional Pathogens.