MADRID, 4 Ene. (EDIZIONES) -
Tras las navidades, y con ella los excesos en la alimentación, resurgen ciertas dietas de mano de autores, "celebrities", "influencer" o de las propias redes sociales, que han hecho virales aquellos métodos que prometen una bajada de peso más "rápida".
Asimismo, entre las búsquedas en 'Google Trends' se sitúan aquellas enfocadas en una bajada de peso más ágil, con 200 por ciento de aumento en búsquedas, en comparación con las navidades pasadas; las segundas se centran en la reducción de peso y volumen, (140% más); y las bajas en calorías (80% más).
"Que la demanda de un tipo de dieta se dispare no significa que es mejor, ni la más adecuada para nosotros", ha señalado Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), haciendo hincapié sobre la posibilidad de tener que hacer frente a múltiples efectos secundarios.
En este sentido, muchas de ellas no evitan el llamado efecto rebote o yoyó, llevando al fracaso a más del 80 por ciento de los españoles, según un estudio de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
Ante esta situación, Bravo recuerda que el hecho de bajar de peso se debe hacer de una manera paulatina, sin sobrepasar los 1,5Kg por semana y los 6Kg al mes. En concreto, se deben servir de todos los grupos de alimentos restringiendo las cantidades de algunos más calóricos y menos saludables.
Por ello, y para que nuestra selección se acertada, IMEO ha realizado por quinto año consecutivo el clasificación con las diez dietas más populares que han cobrado protagonismo en España durante el año pasado, destacando por un lado las más afectivas, y por otro las menos adecuadas. Porque según el doctor, "no todo lo que está de moda vale".
TOP 5 DE LAS PEORES DIETAS
1. Método de la Bella Durmiente: este método para perder peso que se ha extendido en las redes sociales consiste en dormir durante largos periodos de tiempo para evitar comer, recurriendo a analgésicos y sedantes que pueden terminar por crear adicción, además de serios problemas para la salud, en caso de descontrolar la dosis o tener una sobredosis.
2. Dieta de la lengua del diablo: se trata de una planta procedente de Asia oriental llamada 'lengua del Diablo' por su color, textura y mal olor. El secreto que esconde el amorphophallus konjac (nombre científico) es su alto contenido de glucomanano, un ingrediente activo que es capaz de absorber hasta 50 veces su peso en agua.
A pesar de que los nutricionistas advierten que sólo debe utilizarse como parte de una dieta controlada, el ingrediente ha sido aprobado científicamente por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como un suplemento seguro para ayudar a la pérdida de peso. Sin embargo, aclara el IMEO, no está demostrada su capacidad de absorber grasas.
3. Ketodieta: la premisa es una dieta baja en carbohidratos, alta en proteínas y moderada en grasas con carbohidratos provenientes de vegetales sin almidón, nueces y semillas.
El objetivo es llevar al cuerpo a un estado de "cetosis": al no poder obtener la glucosa de los carbohidratos, se descompone la grasa en su lugar para producir energía. El peligro está en que se puede perder mucha fibra con esta dieta, lo cual es importante para la salud intestinal.
4. Dieta Alcalina: la dieta se basa en la teoría de que se puede cambiar el equilibrio de pH (nivel de acidez) del cuerpo y de la sangre a través de los alimentos ingeridos, a pesar de que actualmente no hay evidencia sustancial que sugiera que esto sea posible.
Alimentarse principalmente de frutas y verduras, como la manzana, el aguacate, las espinacas, el limón, el pepino o la zanahoria, contribuye a reducir calorías y por tanto a perder peso, pero debemos tener claro que el pH de estos alimentos no afectará el pH de la sangre, según Bravo.
5. Dieta Crudivegana: los partidarios de esta corriente del veganismo definen los alimentos crudos como cualquier cosa que no haya sido refinada, enlatada o procesada químicamente, y que no haya sido calentada a más de 48 grados.
"Nuestro consejo para los que, a pesar de las contraindicaciones, se sometan a una dieta crudivegana, es hacerse un análisis de sangre y otros chequeos rápidos de forma regular para detectar a tiempo las deficiencias nutricionales que pudieran aparecer", recalcan los expertos del IMEO.
LAS 5 MEJORES
1. Dieta de los superalimentos: la bajada de peso que se puede lograr con la ayuda de los superalimentos depende mucho del modelo global de alimentación en el que se incluyen pero, si éste es adecuado, se puede bajar hasta un kilo de grasa a la semana.
2. Dieta de los micronutrientes: los micronutrientes son sustancias químicas que nuestro cuerpo necesita en cantidades muy pequeñas que son fundamentales para regular numerosos procesos en el organismo (metabolismo de los macronutrientes, equilibrio de los fluidos corporales, desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes o transporte de oxígeno, entre otros).
3. Dieta gourmet: una dieta gourmet sería aquella que propone adelgazar sin renunciar al placer, ni pasar hambre, basándose en el consumo controlado de productos considerados gourmet, como jamones, quesos, vino, aceite de oliva, marisco y pescado, carnes, embutidos o chocolate.
Pero esta dieta se plantea combinada con el ejercicio físico regular, y se asegura que puede perder más de un kilo por semana. La clave en este caso no está en lo que se come, sino en la forma de preparación o cocción, y en la moderación de las cantidades.
4. Dieta baja en carbohidratos: la dieta baja en carbohidratos se basa en el concepto de los índices glucémicos y la crononutrición. Trata de conseguir un correcto equilibrio nutricional, sin excluir ningún grupo de alimentos, pero controlando el consumo de hidratos de carbono que puedan dificultar la pérdida de peso en algunos pacientes, como por ejemplo mujeres en menopausia ó en pacientes que no tienen una vida activa ni practican ejercicio físico.
5. Dieta genética: la dieta genética se basa en personalizar la alimentación del paciente en función de los resultados de un test de ADN previo. La realización de este análisis es muy útil no sólo en una dieta destinada a perder peso, sino también a la hora de prevenir y tratar distintas patologías, desde cardiovasculares o digestivas hasta distintos tipos de cáncer y, por supuesto, la obesidad.