MADRID, 9 Dic. (EDIZIONES) -
El cáncer de próstata es la patología tumoral maligna más frecuentemente diagnosticada en varones de países desarrollados. Constituye el tipo de cáncer más frecuente en el hombre (excluyendo el de piel) tanto en Estados Unidos como en Europa, donde supone la tercera causa de muerte después de los cánceres de pulmón y el colorrectal.
En España se detectan 18.872 nuevos casos de cáncer de próstata al año (81,25 casos por 100.000 habitantes), según constatan el codirector del servicio de Urología del Hospital San Rafael de Madrid, el doctor Edilberto Fernández, así como el jefe del servicio de Oncología Médica del Centro Monográfico MD Anderson de Madrid, Enrique Grande, en 'La Comida Saludable' (Libros Cúpula).
A su juicio, con unos tratamientos sometidos a debate por su importante tasa de efectos secundarios sería deseable poder establecer mecanismos de prevención que actúen sobre dicha enfermedad, entre los que se podrían encontrar los factores nutricionales. "Se han identificado una serie de factores de riesgo implicados en la carcinogénesis de la neoplasia de próstata, entre los que destacan la edad, la raza, diversos factores genéticos y la dieta. El cáncer de próstata está muy ligado a la edad avanzada, aparece raramente antes de los 40 años y la edad media de aparición en España es a los 74 años", subrayan.
Además, indican que existen importantes diferencias geográficas en la incidencia del cáncer de próstata a lo largo del mundo, lo que consideran que puede significar que "algunos factores dietéticos pueden influir en el desarrollo del cáncer, bien jugando un papel activador o bien como inhibidor de la carcinogénesis".
Aunque advierten de que los efectos de la dieta sobre el cáncer de próstata son actualmente un interrogante, sí afirman que los cambios específicos en la dieta deban iniciarse a edades tempranas de la vida para tener algún efecto. Así, desde el punto de vista de la prevención del cáncer de próstata, sostienen que, entre otros, se consideran factores potencialmente protectores frente al cáncer de próstata:
.- Los licopenos, debido a su potencial antioxidante neutralizando radicales libres, y los carotenoides, precursores de la vitamina A. Diversos estudios demuestran una reducción de hasta el 20% en el riesgo de padecer cáncer de próstata con una dieta rica en estas sustancias. Pueden encontrarse en el tomate, en la Sandía, el pomelo y en otras frutas y hortalizas.
.- Las verduras crucíferas ya que contienen abundante fibra, micronutrientes (vitamina C, E, y folato) y productos fitoquímicos (carotenoides, fenoles, isoflavonas, isotiocianatos, índoles), con actividad biológica como anticarcinógenos. La ingesta de abundante fruta y verdura se asocia a una reducción del riesgo de padecer muchos cánceres. El consumo de altas dosis de verduras, especialmente crucíferas, como el brócoli y la coliflor, tiene un efecto reductor del riesgo de padecer cáncer de próstata. También pueden encontrarse en zanahorias, espinacas, ajo, repollo, puerro, cebolleta, lechuga verde y espárragos verdes.
.- Los suplementos de vitamina E han demostrado en algunos estudios una reducción de la incidencia y mortalidad del cáncer de próstata, aunque en otros se han mostrado ineficaces. Puede encontrarse de forma natural en productos como semillas de girasol, pimentón y pimienta roja en polvo, almendras, cacahuetes, hierbas aromáticas como albahaca y orégano, albaricoques, aceitunas verdes, espinacas, raíz de taro o avellanas.
.- El selenio, igualmente, ha presentado resultados contradictorios respecto a su papel como agente protector en el cáncer de próstata en diversos estudios. A diferentes dosis presenta diversas actividades anticarnogénicas, incluyendo protección antioxidante, freno del metabolismo carcinogénico, estimulación inmunitaria y muerte celular. Algunos estudios han demostrado una reducción en la tasa de cáncer de próstata. Puede encontrarse en frutos secos (nueces, avellanas), semillas de calabaza, verduras, pepino, ajo, espárragos, legumbres, cereales (maíz, avena, trigo), frutas, setas, carnes, mariscos, huevos, leche y derivados.
.- La deficiencia de vitamina D se contempla como un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de próstata, pues sus metabolitos tienen una acción protectora contra la carcinogénesis.
.- La cafeína y el ácido fenólico, componentes activos del café, poseen actividad antioxidante. Los estudios han demostrado que los hombres que consumen regularmente café tienen menor riesgo de padecer cáncer de próstata avanzado o letal.
.- La dieta mediterránea, considerada hoy en día protectora contra muchos tipos de cánceres y enfermedades cardiovasculares, tiene un alto contenido en frutas, vegetales, pasta, e incluye un consumo moderado de vino, siendo dicha combinación excelente para recomendarla entre la población.
En cambio, se consideran factores potenciadores del cáncer de próstata:
.- El calcio, ya que suprime la síntesis endógena de la vitamina D, que inhibe la proliferación de células neoplásicas prostáticas. También aumenta los niveles en sangre de ciertas hormonas favorecedoras del crecimiento de los tejidos y que se han asociado con un aumento del riesgo de padecer cáncer de próstata. El incremento del riesgo es pequeño y se da en casos de alta ingesta de productos lácteos, en los que se ha observado un aumento relativo de ciertas variantes de tumor más agresivas. La leche, derivados lácteos y los huevos son ricos en calcio.
.- El zinc puede jugar un papel en la supresión del crecimiento de células prostáticas neoplásicas y la inhibición de la invasión tumoral. La ingesta a largo plazo de zinc como suplemento aislado o como parte de preparados multivitamínicos se asocia con un incremento del riesgo de padecer cáncer de próstata. Puede encontrarse en el cacao, semillas de sandía, cordero, ostras, cacahuetes, pipas de calabaza, mantequilla, hígado de ternera, germen de trigo.
.- La dieta rica en grasas puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata. La ingesta de grandes cantidades de ácido alfa-linolénico y la escasa cantidad de ácido linolénico, combinación que se da en la carne roja y en algunos productos lácteos, parece ser responsable de este incremento del riesgo. Los pacientes obesos tienen mayor riesgo de padecer cáncer de próstata. Deben, por tanto, evitarse en la dieta las grasas saturadas o de origen animal y la mantequilla.
.- La carne es uno de los principales vehículos de grasas, por lo que es difícil de diferenciar entre la correlación con la ingesta de carne y la de grasas. Cocinar la carne a temperatura elevada genera productos con potencial efecto carcinógeno. Además, se forman compuestos N-nitrosos de forma endógena o a partir de conservantes añadidos a la carne procesada, también con potencial carcinógeno y radicales libres a partir de productos que contienen hierro. Por tanto la ingesta de carnes rojas y procesadas se asocia con un alto riesgo de padecer cáncer de próstata, y más concretamente cáncer de próstata metastásico.
.- Los suplementos con ácido fólico se asocian con una mayor incidencia de cáncer de próstata. Son ricos en esta sustancia los vegetales verdes, frutas, cereales, nueces y carnes.