MADRID, 18 Feb. (EDIZIONES) -
Por supuesto que podemos dar arroz a los niños más pequeños. Es un mito bastante extendido que éste presenta altas cantidades de arsénico, muy perjudicial para la salud, y que por ello no podemos dárselo a los niños pequeños. Si bien, la ciencia asegura que este cereal debe formar parte de la dieta de un menor desde la introducción de la alimentación complementaria, en torno a los 6 meses de edad.
Preguntada en este sentido la Asociación Española de Pediatría (AEP), el doctor José Manuel Moreno Villares, coordinador del Comité de Alimentación Infantil y Lactancia Materna de la AEP, afirma en una entrevista con Infosalus que el arroz constituye uno de los cuatro o cinco alimentos "clave" en la alimentación del planeta y no existe "ningún problema" a la hora de plantearlo dentro del menú de los niños, ni siquiera por el arsénico.
"Los hidratos de carbono constituyen la base de la alimentación, constituidos fundamentalmente por cereales, semillas, hortalizas, verduras, y frutas. El arroz está constituido por un 75% de hidratos de carbono y es, por tanto, un buen alimento para conseguir este objetivo. Se puede ofrecer desde el inicio de la alimentación complementaria, en torno a los seis meses de edad", resalta el experto.
Sobre los niveles de arsénico en el arroz, el miembro de la AEP subraya que, a nivel general, en toda la población europea los niveles de arsénico consumidos en la dieta "no son elevados", sobre todo debido a que no se consumen excesivas cantidades de los alimentos con mayor contenido, "de tal forma que no representa un riesgo para la salud".
"En los niños la principal fuente de consumo lo constituye el arroz, aunque también está presente en otros cereales, y en la leche, y en los derivados lácteos. El contenido en arsénico del arroz que se cultiva es España es similar a las de otras partes del mundo. La principal fuente de exposición humana al arsénico es la ingesta de alimentos y agua", aclara.
Según explica, llega al medio ambiente como consecuencia de procesos naturales como volcanes, incendios forestales, o erosión de rocas y minerales, pero también derivado de la actividad antropogénica, como son las emisiones industriales, la producción de energía a partir de combustibles fósiles, y su uso como conservante de madera, herbicida o insecticida. "El problema del arroz es que se cultiva por inundación, y es de las aguas de donde llega a la planta de arroz. Su forma de cultivo es la razón del mayor contenido en arsénico de este cereal", precisa.
Así, el doctor José Manuel Moreno insiste en que "desde un punto de vista de la salud no hemos de preocuparnos siempre y cuando seamos sensatos en su consumo (por ejemplo evitar consumos de cantidades elevadas por periodos prolongados)".
Por ejemplo, sostiene que desde el Comité de Alimentación Infantil y Lactancia Materna de la AEP se desaconseja que los niños pequeños consuman bebidas de arroz ("mal llamadas leches de arroz"), y se limite el consumo de otros productos que no tiene gran interés nutricional como pueden ser las tortitas de arroz. "Fuera de esto pueden y debe formar parte de la dieta de los niños", aclara.
Además, el pediatra subraya que, en caso de estar preocupado por los niveles de arsénico en el arroz, se pueden modificar los hábitos de cocción del mismo, y por ejemplo cambiar su agua varias veces durante el cocinado, de forma que así se reducirán los niveles de arsénico. Por ello, el doctor Moreno destaca que todos los cereales, preferiblemente de grano completo o integrales, son buenas alternativas al arroz y no incompatibles con éste.
INVESTIGACIONES SOBRE ARSÉNICO EN EL ARROZ
Finalmente, este experto de la AEP reconoce que, desde el punto de vista legislativo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) está trabajando con la industria alimentaria para conocer el contenido real de arsénico en los alimentos, y también para buscar formas de producción que conlleven menos riesgo de acumulación, como por ejemplo a través de la práctica de agricultura sostenible, rebajando el uso del agua en los cultivos, con el uso de fertilizantes de silicio, así como evitando el uso de pesticidas que contengan arsénico. Tampoco cultivando en zonas próximas a fuentes de contaminación.
"Desde el punto de vista de salud pública, no debemos proporcionar información alarmista, por lo que el arroz cuando se consume en cantidades adecuadas debe formar parte de la alimentación de los niños, incluidos los más pequeños", sentencia el coordinador del Comité de Alimentación Infantil y Lactancia Materna de la AEP.