MADRID, 1 Dic. (EDIZIONES) -
Es muy frecuente que se nos caiga comida al suelo y para curarnos en salud soplemos la zona que ha tocado el suelo, y nos la comamos posteriormente. No obstante, tenemos que tener en cuenta que el alimento en sí ha podido contaminarse con lo que haya en el suelo, a pesar de que soplemos y soplemos.
"Que un alimento se contamine al caer al suelo no sólo depende del tiempo que ha estado expuesto, sino, además, de lo contaminado que esté el suelo, y de la composición del alimento", advierte la dietista-nutricionista Ana Amengual, en 'Pon orden en tu cocina' (Martínez Roca, Planeta).
Según advierte, cuanto mayor sea la suciedad del suelo y más rico en agua sea el alimento, más se habrá infectado. Por ejemplo, precisa que un fruto seco o un biscote de pan se contaminará menos que un alimento más húmedo, como un trozo de fruta, de carne, o de pescado.
"Nunca se puede saber con seguridad en qué grado se ha contaminado un alimento así que, ante la duda, siempre es mejor abstenerse de comer algo que se ha caído al suelo", aprecia la especialista en nutrición.
También dice que es falsa la creencia de que calentar unas sobras lo suficiente para que sea agradable a la hora de comer sea suficiente. "Hemos de calentar bien el alimento para que el centro del plato o del alimento alcance una temperatura superior a los 70 grados. Es la forma más segura de consumir un alimento recalentado", sostiene.
A su vez, destaca que la fruta hay que lavarla siempre, independientemente de si se va a comer con piel o no. "Cuando pelamos una fruta, con las manos o con un cuchillo, estamos permitiendo que la carne de la fruta entre en contacto con superficies que pueden estar contaminadas. Lava siempre la fruta, no importa si la vas a comer con o sin piel", subraya Amengual.
Igualmente, esta especialista en nutrición y dietética resalta que, contrariamente a lo que se piense, antes de conservar o de cocinar una carne o pescado, no se debe pasar por agua para eliminar los jugos porque en cuanto se despieza y se corta el trozo de carne o de pescado queda en contacto con el exterior y empieza a contaminarse de microorganismos del ambiente, de las tablas de corte, y del cuchillo que se haya utilizado para cortarlo.
"Pasarlo por agua producirá dos efectos: Salpicaduras por la zona de la pica, lo que aumenta el riesgo de que otro alimento sufra contaminación cruzada; se incrementa de forma exponencial la propagación de bacterias en la pieza del alimento gracias al agua y a la temperatura ambiente. Por eso hay que evitar limpiar las materias primas", sentencia.
¿Y SI EL ALIMENTO TIENE MOHO, QUÉ HACEMOS?
En cuanto a si se puede consumir un alimento que contiene moho, si se retira la parte infectada, y se comprueba que el resto está limpio, Amengual indica que esta acción no es garantía de que en el resto del alimento no haya sustancias que puedan ser dañinas.
"Por ejemplo, algunos mohos producen micotoxinas peligrosas que pueden producir algunos hongos y penetrar en partes del alimento no detectables a simple vista. Por este motivo se desaconseja consumir el alimento", destaca la experta.
Si de todos modos se decide consumir el producto porque se considera que la parte infectada es muy pequeña, además de eliminar la parte afectada y la de alrededor, aconseja que se coma el alimento cocinado y no crudo.
¿QUÉ PASA CON EL LÍQUIDO DEL YOGUR?
Finalmente, otro de los mitos que Amengual quiere desterrar es la manía de quitar el líquido al yogur antes de comerlo. "El suero del yogur es la parte líquida que encontramos en la parte superior cuando los abrimos. Hay quien piensa que esto se debe a que el yogur está hecho hace mucho tiempo, e incluso puede dar la sensación de que ha pasado la fecha apta para su consumo", avisa.
Sin embargo, precisa que el hecho de que haya más o menos suero depende de los movimientos que haya podido sufrir el yogur durante su trayecto y almacenaje, y de lo fermentado que esté el yogur a causa de una alta concentración de bacterias.
"Cuando esto suceda puedes retirar el líquido, pero debes saber que el suero es una parte del yogur que tiene un perfil nutricional interesante puesto que es rico en proteínas de gran valor biológico, calcio y otros minerales, vitaminas del grupo B, y compuestos biológicamente activos y péptidos bioactivos", menciona Amengual, por lo que recomienda remover el yogur hasta que el suero quede diluido para comerlo.