SUANCES, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
La presencia en la fauna marina de metales de alta toxicidad para la salud humana como pueden ser el cadmio, el arsenio o el plomo "es el gran desconocido" porque "existen muchas limitaciones en su estudio y medición de concentración, por la falta de comunicación entre la comunidad científica y los sectores implicados, que carecen de medios o de conocimientos", pero las trazas de metales en el pescado destinado a consumo humano "puede ser, en altas concentraciones, más peligroso que el anisakis".
Así lo ha asegurado hoy el científico del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, Antonio Tovar, en el marco del monográfico 'Ecosistemas marinos: retos y oportunidades' que esta semana se está celebrando en El Torco, la sede de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) en Suances.
Tovar, codirector de este monográfico junto a investigadora y profesora de la UC, Araceli Rodríguez, ha expuesto que el objetivo del curso es "el estudio de la zona costera y su desarrollo sostenible desde el punto de vista económico y ambiental", citando como claves en la búsqueda de este equilibrio "necesario" entre economía y sostenibilidad "el efecto del turismo o la pesquería", así como "el consumo moderado de los recursos y la educación ambiental", ha añadido Rodríguez.
En el ámbito turístico, Tovar ha puesto como ejemplo el impacto de las cremas solares, que liberan concentraciones de nanopartículas de titanio. De hecho, en zonas como Hawai ya se han vetado algunos filtros orgánicos presentes en estos productos por sus efectos negativos sobre el coral. Por el contrario, ha destacado las aportaciones del sector pesquero "consciente del problema, porque es su medio de vida".
En el curso también se ha analizado la situación presente y futura de la pesquería, y de cómo se ve afectado por el cambio climático. En este sentido, se ha puesto en evidencia cómo dicho cambio está modificando la distribución de las especies, por el calentamiento de las aguas marinas, "de forma que se están yendo hacia el Norte, lo que puede llegar a crear conflictos de intereses entre países", por los cupos de pesca de cada especie, ha explicado Rodríguez.
No obstante, en el curso se ha lanzado también un mensaje de optimismo, ya que los estudios constatan que "desde hace 100 años los niveles de pesquería se mantienen, a pesar de la presión que ejercemos", lo que elimina el riesgo de extinción, al menos, de las especies marinas más comerciales. "Parece que hemos conseguido un equilibrio", ha concluido Tovar.