MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Es importante tener en cuenta que los posibles efectos beneficiosos de la cerveza se observan únicamente cuando el consumo es moderado y responsable, por parte de adultos sanos, en el marco de una alimentación sana y equilibrada, como es la dieta mediterránea, señalan desde el Foro para la Investigación de la Cerveza y Estilos de Vida.
El foro, que se hace eco del estudio 'Consumo moderado de cerveza y sus efectos en la salud cardiovascular y metabólica: una revisión actualizada de la evidencia científica reciente', publicado recientemente en la revista 'Nutrients', recuerda que si se están tomando medicamentos, si se va a conducir, y en el caso de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, se debe optar por una cerveza sin alcohol.
El estudio, que es una revisión actualizada de la evidencia científica, concluye que el consumo moderado de alcohol de 196 g/semana (28 g/día o 700 ml de cerveza diarias1 aproximadamente) para hombres y 112 g/semana (16 g/día o aproximadamente 400 ml de cerveza al día) para mujeres se ha asociado con algunos beneficios para la salud. Sin embargo, apunta, debe tenerse en cuenta que las cantidades semanales recomendadas de alcohol deben distribuirse a lo largo de varios días y no incluir episodios de consumo excesivo o "atracones".
En el artículo se afirma que los datos disponibles sugieren que el consumo moderado de cerveza se asocia con diferentes beneficios como un menor riesgo cardiovascular o una disminución del riesgo de diabetes en hombres. Sin embargo, recuerda que estos beneficios pueden estar condicionados por características socioeconómicas y/o de dieta y estilo de vida en general.
La Dieta Mediterránea, históricamente asociada con una alta esperanza de vida y bajas tasas de enfermedades cardiovasculares, es un buen ejemplo de ello, ya que se caracteriza por el alto consumo de alimentos frescos, bajo consumo de grasas animales y de bajo a moderado consumo de vino o cerveza, generalmente con comidas.
"El consumo moderado de cerveza reduce el riesgo cardiovascular y la mortalidad general. Además, disminuye el riesgo de diabetes en los hombres, aumenta la densidad de la masa ósea, disminuye el riesgo de fractura en los ancianos y no parece estar asociado con la obesidad general o abdominal", explica la doctora Ascensión Marcos, directora del grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC, y una de las responsables de esta revisión.