MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
La nutricionista y doctora en Farmacia, Amil López Viéitez, ha asegurado, en su último libro titulado 'Tu última Dieta', que pequeñas variaciones en el horario de las comidas, pueden mejorar el control del peso, la composición corporal y la evolución de muchas patologías.
"La secreción de insulina por parte del páncreas no es la misma por la mañana que por la noche y la sensibilidad de las células a su acción varía a lo largo del día", ha añadido, para comentar que la epigenética ha abierto una ventana terapéutica a personas "con predisposición genética a la obesidad o a ciertas patologías, para que realicen ciertos cambios de estilo de vida, que neutralizarán o reducirán dicho .
En este sentido, la experta ha informado de la conveniencia de consumir los hidratos de carbono en la comida del mediodía y reducir su consumo a partir de las 20.00 horas, ya que al estar menos activa la hormona insulina, el organismo tiende a almacenar los hidratos en forma de grasa.
Además, prosigue, es conveniente incluir proteína en cada una de las cinco comidas para activar la síntesis de glucagón, hormona de efectos contrarios a la insulina y así regular la glucemia, el apetito y el almacenamiento de grasa.
"Varios estudios han confirmado que comer antes de las 15.00 horas de la tarde previene enfermedades como la diabetes y favorece un peso saludable. Lo ideal es el horario italiano: comer sobre las 13.00 horas y cenar a las 20.00 horas, pero no es siempre asumible en España por cómo está configurada la jornada laboral y escolar", ha apostillado.
EL ESTRÉS Y LA FALTA DE SUEÑO ENGORDAN
Por otra parte, la experta ha recordado que las hormonas del estrés, adrenalina, cortisol y glucagón, favorecen la degradación del glucógeno a glucosa para disponer de más energía; mientras que la insulina estimula la síntesis de glucógeno como mecanismo de seguridad, cuando se eleva la glucosa en sangre.
"La calidad del sueño también influye en nuestro metabolismo. Las personas que se acuestan más tarde y duermen menos horas tienen menor amplitud del ritmo circadiano y, por tanto, son menos eficientes metabólicamente hablando", ha zanjado López Viéitez.