MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Bath (Reino Unido) muestra que el desayuno puede hacer que las personas con obesidad sean físicamente más activos que quienes en ocasiones se saltan esa comida, según los resultados publicados en la revista 'American Journal of Clinical Nutrition'.
En concreto, vieron que el desayuno no hizo que las personas con obesidad perdieran peso pero sí dio lugar a una mayor actividad física por la mañana y a que la ingesta de alimentos el resto de día fuera menor.
El aumento de la actividad física es uno de los factores más determinantes para mejorar la salud de la población general, sobre todo ahora que se está volviendo cada vez más sedentaria, de ahí que este estudio resulte determinante para mejorar el pronóstico de las personas obesas.
El objetivo era analizar el vínculo entre el desayuno, el peso corporal y la actividad física de los participantes, según ha explicado James Betts, uno de los autores del estudio, que reconoce que "hasta la fecha no hay evidencia científica de si desayunar o prescindir de esta comida resulta determinante para la salud".
En su estudio participaron 60 adultos de más de 21 años que tenían obesidad y fueron divididos en dos grupos, a los que se pidió que desayunaran o se mantuvieran en ayunas al levantarse durante seis semanas.
A los que tenían que desayunar se les pedía que ingirieran al menos 700 kilocalorías antes de las 11 de la mañana, y al menos la mitad de este consumo debían hacerlo durante las dos primeras horas después de despertarse. Los que no desayunaban, en cambio, debían estar sólo a base de agua hasta el mediodía.
No obstante, los autores quieren analizar en una segunda fase el contenido de los desayunos ya que "no todos son iguales ni afectan igual a cada individuo", ha añadido Enhad Chowdhury, también autor del estudio.