MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -
Tras el comunicado publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde pide eliminar ácidos grasos trans (AGt) en cinco años para evitar 500.000 muertes anuales por enfermedad cardiovascular en todo el mundo, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) reclama que, mientras se trabaja en este objetivo, la composición en grasas trans de cada alimento sea conocida por el consumidor.
La SEEN señala que es necesario informar de cómo llegan a nuestra dieta e incluir datos en el etiquetado de los alimentos. No obstante, en España, el contenido en ácidos grasos trans de los productos procesados, como las margarinas o la bollería, se ha reducido, hasta prácticamente desaparecer, a lo largo de los últimos años.
"Es necesario informar de cómo llegan a nuestra dieta e incluir datos en el etiquetado de los alimentos. Establecer normativas para limitar su consumo es uno de los grandes objetivos de salud pública alimentaria", advierten en un comunicado.
Ingerir 5 g al día más de grasa trans (el equivalente a la que contenía un croissant industrial estándar) aumenta en un 25% el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Por estos motivos, la Organización Mundial de la Salud pide su eliminación y recomienda que el consumo de grasas trans no supere los 2 g diarios, o lo que es lo mismo, el 1% de la ingesta energética total. Otras instituciones son aún más estrictas, tanto la EFSA (European Food Safety Authority) como la FDA (Food & Drug Administration) norteamericana indican que su consumo debe reducirse al mínimo posible.
La SEEN enfatiza que la actual legislación no obliga a que sean identificadas en el etiquetado, por lo que no se informa de su presencia ni de su cantidad. Así, recuerda que mientras esta nueva iniciativa se pone en vigor, es necesario regular y desarrollar la normativa del etiquetado nutricional para que la composición en grasas trans de cada alimento sea conocida por el consumidor.
Además, de activar políticas locales e internacionales para limitar su consumo; y disminuir al mínimo la ingesta de grasas trans, siempre por debajo del 1 por ciento de la ingesta energética diaria total.
Los AGt están presentes en múltiples alimentos. Casi la totalidad de estas grasas provienen del proceso industrial sobre los aceites de origen vegetal contenidos en los alimentos, especialmente en los denominados 'fast food' (hamburguesas, patatas fritas, etc.), aperitivos, productos de bollería industrial, galletas rellenas de chocolate y sopas deshidratadas. Sin embargo, algunos alimentos de origen animal (grasa, carne con masa grasa, leche y derivados) pueden contenerlas de manera natural, pues la flora intestinal de los rumiantes también es capaz de producirlos.