MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
La pediatra en el Centro de Salud La Rivota de Alcorcón (Madrid), Gema García Ron, ha manifestado que la nutrición, masajes y medidas posturales son claves para ayudar a los bebés que sufren reflujo y estreñimiento. Así lo ha asegurado en el marco de las III Jornadas de Nutrición Pediátrica, organizadas por Nutricia.
La experta ha puesto el foco en los trastornos gastrointestinales funcionales (TGF) y en el tratamiento de algunos de estos, como son los cólicos, reflujo y estreñimiento. García Ron ha estimado que hasta un 40 por ciento de los lactantes sufren este tipo de episodios, que generan irritabilidad y un llanto inconsolable.
"El reflujo o regurgitación es la subida del contenido gástrico hacia la boca de manera involuntaria y sin esfuerzo que afecta a un
70 por ciento de los bebés. El estreñimiento se define como una disminución en la frecuencia de las deposiciones, pero donde también juega un papel importante la consistencia y el dolor asociado a la
defecación. Llega a afectar hasta a un 15 por ciento de los pequeños", ha comentado.
Por su parte, la matrona y fundadora de SusMatronas, Susana Bravo, ha reparado en la importancia de la nutrición y en la manera de tomar el biberón los lactantes. "En el caso de los bebés con cólicos alimentados con leche materna, la principal causa suele ser un mal agarre. Esto provoca que se ingieran muchos gases que se acumulan y cuesta eliminar. Además, hay que valorar alguna posible intolerancia o alergia. En el caso de los bebés alimentados con leche de fórmula, también es clave evaluar el tipo de leche y cómo se administra el biberón, si esperan a que llore, si hay una sobrealimentación, o si al preparar la leche se agita demasiado, generando más burbujas y, con ello, aumentando la ingesta de gases. También es importante administrar el biberón lo más incorporado
posible, parando cada 15-20 tragos y ayudando a expulsar los gases varias veces durante la toma", ha detallado.
Para detectar cólicos en los bebés, Bravo se ha basado en la regla del tres para detectarlo: "un llanto que dura más de tres horas, durante más de tres días a la semana y que persiste más de tres semanas", ha desvelado. Asimismo, ha recomendado realizar una palpación en el abdomen, para observar si está timpánico (-sonido como de tambor que al palpar producen algunas cavidades del cuerpo cuando están llenas de gases) y voluminoso.
"Dar un masaje a un bebé es algo que comunica amor, libera tensiones y, además, produce cambios fisiológicos que ayudan
a los bebés a crecer y a desarrollarse, estimulando el sistema nervioso cerebral y mejorando el funcionamiento de su sistema inmunitario", ha recomendado.
En este sentido, ha recogido siete claves para realizar un buen masaje cuando el bebé sufre cólicos. En primer lugar se debe crear un ambiente agradable y cómodo, por ejemplo una cama, sofá o colchoneta. La habitación elegida deberá estar caliente y evitar el uso de teléfonos móviles para no tener distracciones; los movimientos deberán ser amplios, lentos y rítmicos en el abdomen; evitar dar el masaje al bebé con un tacto poco profundo, ya que produce cosquilleo; utilizar toda la mano; y no recomienda realizar masajes a aquellos bebés que padezcan enfermedades agudas, otitis o fiebre, ya que su piel estará más sensible.