MADRID, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Medicina de Atención Primaria (SEMERGEN) defiende el alto valor nutricional de la carne roja y, más en concreto, la de vacuno, y por ello aconsejan comer entre tres y cuatro raciones semanales de unos 150 gramos, en torno a medio kilo a la semana, y acabar con los "bulos" que la vinculan con posibles riesgos para la salud.
"En los últimos tiempos hay demasiados bulos o falsos mitos al respecto que debemos poner en su justa medida", ha defendido el presidente de esta sociedad científica, José Luis Llisterri, durante la presentación de la guía 'Importancia de la carne de vacuno en la alimentación de los españoles'.
Este experto ha apuntado a una "preocupación creciente" sobre los posibles efectos perjudiciales para la salud del consumo de carne roja, principalmente asociada con un mayor riesgo cardiovascular o de cáncer, sobre todo tras una alerta emitida hace tres años por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"A la consulta viene gente preguntando si puede comer jamón, salchichas o carne de buey, nos preocupa porque hay muchos mensajes contradictorios y hay muchos falsos mitos que hay que enterrar", ha criticado el presidente de SEMERGEN, que admite que la preocupación es mayor entre adultos jóvenes o con un mayor consumo de estos alimentos.
Y aunque los últimos datos del Ministerio de Agricultura apuntan que el consumo de carne y derivados en España es de 143 gramos por persona y día, en el caso de la carne de vacuno es de apenas 15,4 gramos y su consumo ha ido disminuyendo a lo largo de los años, según datos de la Fundación Española de Nutrición (FEN), que ha colaborado en el desarrollo de la guía.
"Igual que existe una cultura alrededor del vino, también debe haber una cultura de la carne", ha apuntado el director general de esta entidad, José Manuel Ávila, que ha destacado que la carne de vacuno es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico, con presencia de aminoácidos esenciales.
FAVORECE EL SISTEMA NERVIOSO O MUSCULAR
En concreto, en la guía detallan su aporte en vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el potasio, el fósforo o el zinc, que favorecen un "adecuado funcionamiento del sistema nervioso o muscular", ha apuntado Marisa López Díaz-Ufano, al tiempo que aporta ácidos grasos poliinsaturados y ácido linoleico conjugado, beneficiosos para la salud cardiovascular.
De hecho, esta experta ha rechazado que su consumo se asocie a un mayor riesgo cardiovascular ya que en otros países donde se come más que en España no hay más mortalidad por cardiopatías.
De igual modo, los autores de la guía insisten en la importancia de introducir variedad en el consumo de estos alimentos y seleccionar aquellas piezas de vacuno bajas en grasas ya que, algunas como la tapa, según Ávila, tiene incluso menos cantidad de grasa bruta que una pechuga de pollo.
"La cantidad está bien, pero debemos tener más cuidado para que esa carne que consumimos no nos aporte tanta energía como nos está aportando, y ahí los preparados cárnicos tienen un papel importante ya que la cantidad de grasa y sal es mayor que en la carne como tal", ha destacado.
Asimismo, proponen evitar cocinados en los que exista contacto directo con el fuego o frituras, para evitar el ennegrecimiento de la carne o la aparición de zonas quemadas.