LONDRES, 4 Mar. (Reuters/EP) -
Investigadores del Wolfson Medical Center de la Universidad de Tel Aviv (Israel) recomiendan a los pacientes con diabetes tipo 2 tener desayunos copiosos y cenas más ligeras tras haber observado en un pequeño estudio que favorece un mejor equilibrio de glucosa en sangre.
El trabajo, cuyos resultados publica en su último número la revista 'Diabetologia', demostró que quienes desayunan fuerte y luego cenan poco tienen menos picos de glucemia que aquellos pacientes que, al contrario, apenas desayunan pero luego tienen cenas más abundantes.
"Con frecuencia hay pacientes que se saltan el desayuno y luego tienen cenas con muchas calorías", ha lamentado Daniela Jakubowicz, que recuerda que este tipo de patrones alimentarios siempre se han vinculado a la obesidad y un mal control de los niveles de azúcar en sangre.
En su estudio participaron ocho hombres y diez mujeres con diabetes tipo 2 de entre 30 y 70 años que estaban siendo tratados con metformina y se sometieron al azar a un plan alimenticio que variaba la ingesta calórica en la primera y la última comida del día. Así, uno tenía desayunos de 700 calorías y cenas de 200, y el otro al revés, mientras que en todos los casos el almuerzo era de 600 calorías.
Tras seis días con esta pauta alimenticia, se les tomó una muestra de sangre para medir su nivel de glucosa. Y dos semanas después repitieron el experimento con el otro plan de dieta.
De este modo, observaron que los niveles de glucosa tras las comidas eran un 20 por ciento más bajos, y los de insulina un 20 por ciento más altos, cuando tenían desayunos fuertes y cenas ligeras.
"Nuestro estudio demostró que un gran desayuno y comer menos en la cena es una alternativa beneficiosa para la gestión del equilibrio de la glucosa durante el día y, por tanto, debe considerarse como una estrategia terapéutica para la diabetes tipo 2", dijo Jakubowicz, que no obstante admite que son necesarios estudios más amplios para ver si el beneficio se mantiene en el tiempo.
Los nuevos resultados apoyan las recomendaciones de "comer como un rey en el desayuno, como un príncipe en el almuerzo y como un mendigo en la cena", ha explicado a Reuters Anna Taylor, de la Clínica Cleveland de Ohio (Estados Unidos), que no ha participado en el estudio.
Esta experta, no obstante, admite que estos resultados no se pueden aplicar a todos los pacientes con diabetes y advierte de la necesidad de hablar con el endocrino antes de introducir cambios "drásticos" en la dieta.