MADRID, 9 Ago. (EDIZIONES) -
En mayo se celebró de manos de la Organización Panamericana de Salud (miembro de la OMS) la Semana Mundial de Sensibilización sobre la Sal y es que un exceso de este condimento puede pasarnos factura sobre nuestra salud. Al día lo idóneo es consumir menos de 5 gramos diarios de sal por adulto y día, un límite que los españoles superamos.
Y es que esta institución alerta asimismo de que las dietas ricas en sal pueden incrementar en el largo plazo el desarrollo de enfermedad cardiovascular, pero también de obesidad, de osteoporosis, de enfermedad renal, o de cáncer gástrico, entre otras patologías.
Precisamente, y según un estudio elaborado por la Universidad Complutense de Madrid y la Agencia Española de Seguridad y Nutrición (AESAN), ocho de cada 10 españoles consume más sal de la que debe.
EL 75% DE LO QUE CONSUMIMOS
Pero para entender por qué los españoles, y en general en todo el mundo, consumimos más sal de la que deberíamos hay que diferenciar entre la saña añadida (aquella que añadimos mientras cocinamos) de la 'sal oculta', el 75% total que ingerimos, y que se encuentra de forma natural en los alimentos o se le añade desde la industria, precisa la OCU en este sentido.
"Las principales fuentes ocultas de sal son los alimentos procesados como los embutidos, los quesos curados, las sopas, y los caldos industriales, así como los snacks salados, el pan, y los productos de bollería industrial, además de los platos preparados. La sal añadida en la preparación de alimentos fuera de casa también contribuye", advierte aquí en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus la dietista-nutricionista de Clínica Universidad de Navarra Cristina Urdangarín.
CONSEJOS PARA REDUCIR EL CONSUMO DE SAL
Con ello, la experta en nutrición aporta los siguientes consejos para reducir el consumo de sal sin perder sabor en la comida:
- Usar especias y hierbas aromáticas para sazonar (ajo, perejil, romero, pimienta, orégano, laurel, curry, entre otros).
- Añadir ralladura o zumos de cítricos (lima, limón, naranja), o vinagre para realzar el sabor.
- Preparar aceites aromáticos caseros (guindilla, orégano, albahaca, entre otros).
- Cocinar con una base de sofrito de hortalizas.
- Marinar los alimentos unas horas antes de cocinarlos.
- Probar a reducir gradualmente la sal para que el paladar se acostumbre.
La OPS, por su parte, recomienda comer principalmente alimentos frescos y mínimamente procesados, retirar siempre el salero de la mesa, cocinar con poco o nada de sal añadida, limitar el uso de salsas o de productos instantáneos comerciales, así como de aquellos productos con etiquetado 'alto contenido en sal'.
Aquí advierte esta especialista de Clínica Universidad de Navarra que, en general, la restricción moderada de sal es segura, si bien hay personas con ciertas condiciones como la hiponatremia (niveles de sodio bajos en sangre), insuficiencia suprarrenal (enfermedad de Addison), o que toman diuréticos específicos pueden requerir un aporte de sodio supervisado. "También atletas en entrenamiento intenso que pierden mucho sodio por sudoración pueden necesitar un consumo adecuado", agrega.