MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
La deshidratación influye en la capacidad de rendimiento, y en situaciones de deshidratación leve de sólo el 2 por ciento, resultan afectadas habilidades cognitivas como la coordinación viso-motora, la atención y la memoria a corto plazo, según ha explicado el presidentes de la Fundación para la Investigación Nutricional (FIN), presidente de la Academia Española de la Nutrición (AEN), y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el doctor Lluìs Serra-Majem en el simposio 'Avances en hidratación, alimentación y salud'.
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Además, en este encuentro que se ha celebrado en el marco del Congreso de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) en Sevilla, también se ha puesto de manifiesto que en niveles superiores produce un descenso en la capacidad de alerta y concentración, y aumenta el cansancio, la fatiga y la somnolencia.
El agua es un nutriente esencial que se obtiene a través del consumo de los diferentes alimentos y bebidas que se toman a diario y a lo largo del día. "Actualmente, existe una mayor concienciación sobre la importancia de estar adecuadamente hidratado y, en especial, ante condiciones ambientales determinadas", ha apuntado la directora del Grupo de Investigación VALORNUT y catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, la Rosa Mª Ortega.
Por ello, los experto recomiendan que entre un 75-80 por ciento del líquido que ingerimos a diario provenga de las bebidas y un 20-25 por ciento de los alimentos, ya que el papel del agua en el organismo pasa por transportar los nutrientes, eliminar las sustancias de deshecho, y la regulación térmica.
Por otro lado, el presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y profesor Asociado de Nutrición Comunitaria de la Universidad de Navarra, Javier Aranceta, ha asegurado que según la intensidad y la duración de la actividad laboral o las condiciones ambientales en las que se realice, la falta de hidratación puede llegar a afectar al rendimiento del trabajador.
Son muchas las actividades laborales que exigen un gran esfuerzo y que en ocasiones tienen lugar en condiciones ambientales duras y extremas. "En estos casos, las pérdidas hídricas pueden ser de gran magnitud. Asimismo, en el trabajo industrial, factores como la ropa hermética o el equipamiento de protección (máscaras) pueden afectar a la hidratación del trabajador. Junto a ello, en oficinas y espacios de trabajo con aire acondicionado, causante de sequedad ambiental, se debe cuidar de manera especial el nivel de hidratación", ha explicado Aranceta.
A este respecto el experto ha señalado que es necesario reponer líquidos durante toda la jornada laboral con una pauta normalizada que forme parte de los protocolos laborales según el tipo y la intensidad del trabajo. Además, también ha explicado que es muy importante acudir al trabajo bien hidratado y rehidratarse cada hora durante la jornada laboral.