Las infecciones alimentarias graves aumentaron en Europa durante 2022

Archivo - Imagen de archivo de una mujer con dolor de estómago.
Archivo - Imagen de archivo de una mujer con dolor de estómago. - PIYAPONG THONGCHAROEN/ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 8 febrero 2024 18:27

MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha informado que las infecciones transmitidas por los alimentos, listeriosis y 'Escherichia coli shigatoxigénica' (STEC), aumentaron en Europa durante el año 2022, fecha en la que se encontraban en niveles más altos que antes de la pandemia de Covid-19.

Ambas enfermedades pueden causar síntomas graves. En concreto, la listeriosis puede causar meningitis, sepsis o, en mujeres embarazadas, aborto espontáneo, mientras que la STEC puede causar insuficiencia renal, a menudo en niños afectados.

En cambio, según recogen los 'Informes Epidemiológicos Anuales 2022', de los que el ECDC publica hoy siete capítulos, no se observó ningún aumento en el caso de la salmonelosis y la campilobacteriosis, que suelen causar anualmente el mayor número de casos de enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua.

Los informes abarcan las enfermedades que causan el mayor número de infecciones transmitidas por los alimentos y el agua en la UE/EEE: campilobacteriosis, salmonelosis, yersiniosis, infección por 'Escherichia coli shigatoxigénica' (STEC), listeriosis, shigelosis y hepatitis A.

LAS TASAS MÁS ALTAS EN 10 AÑOS

En la UE/EEE, las tasas de notificación de listeriosis y yersiniosis en 2022 fueron las más altas en más de 10 años. Se observó un patrón similar para las infecciones por STEC y los casos de síndrome urémico hemolítico (SUH) asociados a STEC, donde las tasas más altas solo se han notificado en 2011, cuando se produjo en Europa un gran brote de STEC en varios países relacionado con brotes frescos.

En el caso de la listeriosis, una posible explicación de la tendencia al alza es el aumento relativo de la población de edad avanzada, que presenta un alto riesgo de enfermedad grave. Además, el ECDC subraya que es importante tener en cuenta que las personas inmunodeprimidas presentan una mayor susceptibilidad en comparación con los adultos sanos.

Por su parte, el aumento de los casos de STEC se debe en parte a un cambio en los métodos de diagnóstico hacia métodos genéticos más sensibles, capaces de detectar la bacteria con mayor facilidad, lo que se traduce en un mayor número de casos diagnosticados.

Asimimso, en 2022, se notificaron casos de cepas de 'Shigella' extremadamente resistentes a los medicamentos que estaban relacionados principalmente con gays, bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (gbMSM). Para el ECDC, esto pone de relieve la necesidad de una colaboración eficaz entre las competencias clínicas y de salud pública en los ámbitos de las infecciones de transmisión sexual, la resistencia a los antimicrobianos y las enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua, de modo que los grupos de riesgo estén informados.

El mayor brote de shigelosis en 2022 fue probablemente de origen alimentario y, a diferencia de los brotes asociados a gbMSM, la cepa del brote no era ampliamente farmacorresistente.

Para la campilobacteriosis, se observaron tendencias decrecientes en la resistencia a los macrólidos en un tercio de los países informantes, particularmente visibles en 'Campylobacter coli'. Se trata de una noticia positiva, apunta el ECDC, ya que los macrólidos son cada vez más importantes para el tratamiento de las infecciones graves transmitidas por los alimentos en los seres humanos, cuando la resistencia a las fluoroquinolonas está aumentando tanto en 'Salmonella' como en 'Campylobacter'. Una posible explicación de la disminución de la resistencia a los macrólidos es el menor uso de esta clase de antimicrobianos en medicina veterinaria.

DATOS BAJOS DE SALMONELOSIS Y CAMPILOBACTERIOSIS

Por su parte, los casos de salmonelosis, campilobacteriosis y shigelosis siguen estando muy por debajo de las cifras anteriores a la pandemia. Una posible explicación podría ser un cambio en el comportamiento de las personas después de la pandemia, como trabajar desde casa, comer fuera con menos frecuencia y una disminución de los viajes.

Además, en los últimos cinco años se ha observado un fuerte descenso del número de casos de hepatitis A en la UE/EEE. Los factores que contribuyen a ello pueden ser medidas preventivas como la práctica de una buena higiene de las manos y el aumento de la vacunación entre los grupos de riesgo, así como la mayor concienciación sobre la transmisión de la hepatitis A.

El aumento de la inmunidad natural en los grupos de riesgo tras un gran brote multinacional de hepatitis A que afectó principalmente a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en 2016-2018 también puede ser un factor contribuyente, según el ECDC.