MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha demostrado que determinados tipos de fibra dietética tienen la capacidad de modificar la microbiota intestinal de manera específica y reducir de manera notable el deseo de consumir alcohol.
La investigación, llevada a cabo en ratas Wistar, abre la puerta al diseño de nuevas estrategias nutricionales para prevenir o modular conductas relacionadas con el consumo de alcohol, según ha apuntado el centro universitario en un comunicado.
En el mismo se propone así modificar la microbiota intestinal a través de una intervención tan sencilla como ajustar el tipo de fibra en la dieta como una herramienta complementaria en el tratamiento de problemas relacionados con el consumo de alcohol.
Aunque el estudio se realizó en modelos animales, los autores del mismo sugieren que los resultados abren la puerta a la exploración de intervenciones dietéticas con fibras fermentables en ensayos clínicos, con el objetivo de verificar si estos efectos también se pueden reproducir en humanos.
LA INVESTIGACIÓN
En concreto, el estudio evaluó seis dietas diferentes: una dieta estándar y cinco dietas enriquecidas con diversas fibras, como celulosa, pectina, almidón resistente, goma guar e inulina. Tras el periodo de intervención dietética, los animales tuvieron acceso libre al alcohol según un protocolo estandarizado de consumo.
Además, se analizó la composición de la microbiota intestinal mediante secuenciación 16S en tres momentos clave: al final de la intervención dietética, después del consumo voluntario de alcohol y tras una fase de intoxicaciones repetidas.
Los resultados mostraron que las fibras fermentables (inulina, pectina y goma guar) redujeron la ingesta de alcohol entre un 40% y un 60%, mientras que las fibras no fermentables (celulosa y almidón resistente) no presentaron efectos significativos en el consumo.
Además, las fibras fermentables favorecieron un aumento de las bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta (SCFAs), compuestos esenciales en la comunicación entre el intestino y el cerebro, y disminuyeron la abundancia de bacterias asociadas a la disbiosis inducida por el alcohol.
Desde la UCM han subrayado como un aspecto importante del estudio el hecho de que estos beneficios en la microbiota intestinal se mantuvieron incluso después de la exposición repetida al alcohol, "lo que sugiere que las fibras fermentables podrían ejercer un efecto protector frente a los daños derivados del consumo excesivo de alcohol".
El trabajo también refuerza la idea de que la alteración de la microbiota intestinal inducida por el alcohol está estrechamente relacionada con el comportamiento de búsqueda y consumo de alcohol, un vínculo cada vez más reconocido en los trastornos por consumo de alcohol.
La investigación, que combina avanzadas técnicas de análisis microbiológico, paradigmas conductuales de consumo de alcohol y seguimiento longitudinal, fue llevada a cabo por un equipo multidisciplinario integrado por expertos del departamento de Psicobiología y Metodología en Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Psicología, la Facultad de Farmacia y la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, con la colaboración del CES Cardenal Cisneros, la Universidad Nebrija y la Universidad Francisco de Vitoria.