MADRID, 20 Dic. (INFOSALUS) -
El término de Navidad suele ir acompañado de sustantivos como felicidad, solidaridad, amistad o familiaridad pero, también, se asocia al aumento de peso, excesos de alcohol, abandono de la dieta sana e incremento de riesgos cardiosaludables.
Y es que, según demuestran diversos estudios, durante estos días se suele engordar entre 0,5 y 4 kilogramos, el colesterol aumenta, la presión arterial, el ácido úrico y los niveles de azúcar en sangre se incrementan y suele haber una mayor predisposición a la retención de líquidos.
"Se puede decir que las navidades no son cardiosaludables, por lo que las personas con problemas de tensión, colesterol, azúcar y ácido úrico deben tener mucha precaución en estas fechas", ha aseverado el asesor médico experto en Nutrición de los Laboratorios Cinfa, Eduardo González Zorzano.
Pero no sólo la población en riesgo debe moderar la ingesta de comida y alcohol sino, también, la población general. En este sentido, según datos aportados por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), los hombres suelen engordar más kilos que las mujeres por las "generosas" raciones que ingieren y el "mayor aguante" que tienen al beber alcohol.
De hecho, aunque suelen comer dulces de forma más esporádica que las mujeres, a menudo "caen bajo el efecto adictivo de los postres" haciendo que se descontrolen las cantidades del "bocado final" durante la época navideña.
"La cantidad de calorías que se deben consumir depende de tres factores principales: la edad, de si somos hombre o mujer o de los niveles de actividad física que tenga cada uno. Por tanto, no todos debemos consumir la misma cantidad de calorías", ha apostillado la nutricionista del servicio de Endocrinología y Nutrición del HM Montepríncipe y HM Torrelodones de Madrid, Aránzazu Perales.
COME ANTES DE LA CENA PARA EVITAR EL ATRACÓN
Asimismo, los expertos han alertado de que no comer antes de la celebración para compensar los excesos que se vayan a tener durante la misma, sólo promueve el atracón y favorece el "temido efecto rebote".
"Si en lugar de llegar a la cena de Nochebuena, Navidad o Nochevieja sin haber probado bocado desde el almuerzo, merendamos, por ejemplo, una macedonia a base de yogur desnatado con una pieza de fruta, evitaremos las ansias compulsivas de arrasar con todo lo que nos pongan delante al sentarnos a la mesa", ha afirmado el endocrino de la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Sagrado Corazón-Obemet, Alberto Aliaga.
De la misma manera se ha manifestado la health coach Rosa Río de la Loza, quien ha avisado de que perder peso para poder comer más durante las navidades puede afectar al metabolismo y originar estrías en la piel, entre otros inconvenientes.
Al respecto, el IMEO ha asegurado que la "mejor" estrategia para afrontar la celebración es realizar durante el día festivo pequeñas ingestas de alimentos menos calóricos cada dos o tres horas, "siguiendo la filosofía del picoteo".
A esta estrategia se suma además la aportada por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) que recomienda, en los días en los que no hay ninguna celebración, consumir diariamente cinco raciones de fruta, legumbres y frutos secos entre dos y tres veces a la semana, y beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
"Beber ocho vasos de agua a diario es un hábito muy beneficioso que hay que mantener más que nunca durante las fiestas, ya que facilita el tránsito intestinal, hidrata el organismo y previene la deshidratación producida por el alcohol", han asegurado los expertos de Cinfa.
COME LENTAMENTE Y ALTERNA ALCOHOL CON AGUA
Por otra parte, durante el momento de la celebración, los especialistas han aportado también una serie de consejos para controlar la cantidad de comida y bebida que se ingiere. En concreto, el nutricionista de la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Sagrado Corazón-Obemet, Felipe del Valle, ha subrayado la importancia de comer lentamente para sentirse saciado "precozmente" y alternar entre cada copa de vino, cerveza o cava, alguna sin calorías como, por ejemplo, agua.
Dejar pasar un tiempo entre un plato y otro, es otro de los consejos aportados por Perales, quien ha informado de que el estómago tarda 20 minutos en mandar la señal al cerebro de si está, o no, saciado.
Finalmente, todos los expertos han recomendado planificar, en el caso en el que sea posible, menús menos calóricos, dormir ocho horas diarias y realizar ejercicio físico cada día. "Pequeños gestos como dejar el coche e ir a comprar los regalos andando o subir las escaleras de nuestra casa en vez de ascensor pueden compensar de algún modo los posibles excesos", ha zanjado González Zorzano.