MADRID 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por la investigadora de la Universidad Estatal de Pennsylvania Sheila G. West ha revelado que incluir pistachos en una dieta saludable puede resultar muy beneficioso para las personas adultas que padecen diabetes tipo 2.
La investigación, que ha sido publicada por la 'American Heart Association', pone de manifiesto que el consumo diario de pistachos (20% de las calorías totales de la dieta) durante un período de cuatro semanas, "puede disminuir la resistencia vascular periférica, tanto durante el reposo como en situaciones de estrés agudo".
Según la jefe del Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Consejo Superior de Deportes (CSD) de Madrid, Nieves Palacios, los resultados del nuevo estudio son importantes ya que la diabetes mellitus tipo 2 constituye un problema sanitario muy grave. Actualmente hay 246 millones de personas afectadas en el mundo, mientras que, según el Estudio 'di@bet.es', el 13,8 por ciento de la población española padece esta enfermedad.
En la investigación clínica han participado adultos que padecen diabetes mellitus tipo 2 controlada, con un estilo de vida saludable. El estudio compara el efecto sobre la presión sanguínea y el sistema hemodinámico cardíaco de una dieta moderada en grasas con el 20 por ciento de energía proveniente de los pistachos, frente a una dieta con el mismo contenido calórico pero con menos grasas, más hidratos de carbono y sin pistachos.
Los resultados muestran una mejor respuesta en el caso de que el paciente siga una dieta moderada en grasas insaturadas, procedente de los pistachos. La dieta seguida en el estudio y que contenía unos 60 gramos de pistachos diarios (equivalente a dos puñados de estos frutos secos), disminuye exponencialmente la resistencia vascular periférica, aumenta el gasto cardíaco, mejora el ratio de la frecuencia cardíaca y reduce la presión sanguínea sistólica.
EN EL ESTUDIO SE COMPARARON DOS DIETAS
En el estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania se compararon dos tipos de dieta. La primera era rica en hidratos de carbono y baja en grasas (27% de grasa, 7% de las cuales eran saturadas). La segunda era moderada en grasa (33% de grasa, 7% saturada), en la que el 20 por ciento de las calorías procedía de los pistachos, salados y no salados en igual cantidad.
Durante cuatro semanas, se suministró cada una de las dietas a un total de 30 personas (15 varones y 15 mujeres), de edades comprendidas entre 40 y 74 años, con un periodo de descanso de dos semanas entre una y otra dieta. La cantidad de calorías se calculó de forma individual y no se modificó durante todo el estudio, con el fin de que no hubiera cambios en el peso de los individuos estudiados.
Tanto al inicio como al final de cada periodo, se midió la presión sanguínea y la resistencia vascular periférica de cada paciente, tanto en situación de reposo como en pruebas de estrés. Estas pruebas consistían en sumergir una mano en agua helada más de dos minutos y en resolver un problema matemático de cierta dificultad. En este sentido, West apunta que "tras la ingesta de la dieta con pistacho, los vasos sanguíneos se mantenían más relajados y abiertos durante los test de estrés" añadiendo que "una dieta con pistacho reduce la respuesta del cuerpo ante el estrés".
Por otro lado, el trabajo demuestra que durante veinticuatro horas la presión sistólica sanguínea se mantiene significativamente más baja en el caso de seguir una dieta con pistacho. Como explica la co-investigadora y responsable de conducir las pruebas del estudio, Kathryn Sauder, "este hallazgo es importante porque los individuos que no muestran un descenso de la presión sanguínea durante la noche, acostumbran a padecer más complicaciones cardiovasculares".